1. Paola Cap I. Infiel por Venganza


    Fecha: 31/07/2018, Categorías: Infidelidad Autor: dantestr, Fuente: RelatosEróticos

    ... eran luces artificiales, o los reflejos de las estrellas en la rizada superficie de la laguna. Avanzó maravillada hasta la orilla, flanqueada por innumerables piedras de muchos colores. El jardinero se mantenía detrás de ella; por un momento imaginó que el pobre hombre aprovechaba su fascinación para admirarla a sus anchas. Pero rechazó tal idea, diciéndose que continuaba influenciada por la experiencia de la fiesta. “Omar se ha portado con sumo respeto. Incluso debería premiarlo de alguna manera”, pensó, y se inclinó como si lo hiciera inocentemente, dejando su cola en pompas para el presunto deleite de su modesto guía. Siguió admirando el maravilloso paisaje nocturno, e ingeniándoselas para adoptar una que otra pose sensual como gesto caritativo hacia aquel desafortunado trabajador. De pronto volvieron los recuerdos del barrio San Esteban, específicamente la idea de sentirse una heroína erótica, y eso la motivó para seguir con su buena obra, y comprobar si era aprovechada por la “inocente víctima” a la que trataba de aliviar de una vida entera sin ninguna experiencia extraordinaria que pudiera recordar en sus noches de soledad. Así se las arregló para sorprender un par de veces a Omar mirándole las piernas y la cola, lo que no le molestó en absoluto. Mal que mal, aquel humilde mulato era un hombre, y ella le estaba haciendo un regalo; ¿a quién no le gusta que sus regalos sean apreciados y aprovechados por las personas que los reciben? Incluso se las ingenió para ...
    ... acuclillarse frente a unas rosas junto al jardinero, de modo que éste tuviera un primer plano de su desproporcionado escote. Y pudo detectar de reojo cómo Omar inclinaba la cabeza para admirar su generoso busto casi desnudo. De pronto le volvieron las ansias de encontrar a Juan Carlos y llevárselo a casa. Se divirtió pensando en lo que había hecho con aquel pobre hombre, pero le remordió un poco la conciencia al admitir que esa experiencia la había excitado. Realmente se había excitado; no podía mentirse a sí misma. Y no sólo con Omar; todo se remontaba a lo ocurrido con el viejo del sexshop en que había comprado su vestido. Había continuado mientras era admirada en la fiesta, mientras mojaba su diminuta ropa interior con sólo mirarse al espejo después de escapar al baño. Y se había prolongado ahora, hacía un momento, con el espectáculo de lujo que le había brindado a aquel curioso jardinero. ¿Acaso eso la convertía en una mujer infiel? Era algo exclusivamente suyo, herméticamente íntimo; nadie lo sabría nunca. Entonces, ¿debía sentir culpa? Pero el hecho era que, debiera o no, la estaba empezando a sentir. Se dio cuenta de que con esas conjeturas no llegaría a ninguna conclusión. Lo que debía hacer era encontrar a su marido y largarse, y amarlo y desahogarse de una vez por todas de lo que estaba sintiendo. “Convierte todo lo que te parezca malo en algo fabuloso”, se dijo. ―Ya es tarde, Omar, debo volver a la fiesta —le advirtió al jardinero. Sacó el celular de su cartera y marcó el ...