Paola Cap I. Infiel por Venganza
Fecha: 31/07/2018,
Categorías:
Infidelidad
Autor: dantestr, Fuente: RelatosEróticos
... apartaba del paisaje, sin ningún desvío hacia su escote o sus piernas. De pronto Paola se dio cuenta de la posición que mantenía, rodeándose el torso con los brazos, y pensó que era natural que aquel hombre supusiera que tenía frío. Así como había pasado de la sorpresa a la vergüenza, para luego irritarse al suponerse burlada, terminó relajándose en una sonrisa ante la equivocada suposición del jardinero. “¿Frío? Todo lo contrario; estoy increíblemente acalorada”, le habría gustado confesarle. ―En verdad no tengo frío; la noche está bastante cálida ―respondió al fin―. Pero no creo que a estas horas se pueda ver algún cisne. Las aves se guardan temprano. Se preocupó de sonar amable, para evitar que su sonrisa se interpretara erróneamente. A ese pobre trabajador ya lo había tratado despectivamente Juan Carlos al llegar, y no quería volver a hacerlo sentir mal. ―Le ruego a la señora que disculpe a Omar. Omar no pretendía interrumpirla ― repuso el jardinero, dirigiendo la vista al suelo, como avergonzado. Llevaba una vieja camisa de franela debajo de la sucia jardinera de trabajo, que se veía muy ancha y muy corta para un hombre tan delgado, al punto que daba la impresión de ser más alto de lo que era. Debido a su nerviosismo, Paola no había reparado en el curioso modo en que se expresaba el hombre. ―¿Por qué habla como si Omar fuera otra persona? —le preguntó, algo confundida—. Usted es Omar, ¿o me equivoco? ―Omar le pide disculpas si le molesta cómo habla. Omar sabe que es ...
... raro, por eso prefiere estar solo―. El jardinero rehuía la mirada de Paola, como si no se atreviera a mirarla a los ojos mientras confesaba lo que consideraba un defecto. ―No me molesta; sólo me extrañó un momento. Pero ahora que me lo ha aclarado me parece normal; usted tiene pleno derecho a hablar como quiera. La precariedad de aquel hombre despertó la compasión de Paola; recordó el trato que Juan Carlos le había dado, y se sintió culpable, aunque no le cabía ninguna complicidad en la actitud prepotente de su marido. Incómoda ante el silencio del jardinero, tomó la iniciativa. ―Creo que aceptaré su invitación a visitar esa laguna; quizás tengamos suerte y encontremos algún cisne sonámbulo ―bromeó. El hombre desplegó una cándida sonrisa, dejando en evidencia la falta de algunas piezas dentales. Paola se convenció de que aquel decrépito personaje sufría algún tipo de incapacidad mental, lo que aumentó su compasión. Pensó además que todos los tipos de esmoquin que estaban en la mansión la habían devorado con los ojos, mientras que Omar se había portado como un caballero. Decidió que ante la ausencia de su marido podía compartir unos momentos con aquel ingenuo jardinero. Se dejó guiar hasta un frondoso cerezo cubierto de flores rosáceas, a partir del cual el sendero se bifurcaba en dos direcciones. Omar le señaló el que se alejaba de la mansión. Gracias a los farolillos que iluminaban el entorno, pudo ver a unos veinte metros múltiples brillos intermitentes; no supo distinguir si ...