Las aventuras de María IV - Relatos Eróticos

Las aventuras de María IV

... casa.

Sin decir nada, cada vez que Lorena pasaba las noches con Arturo, Pablo y yo quedábamos. Solía acabar pronto de los planes que tuviera y tras mandar un sms me dirigía a su casa o cuando sus padres no se iban al pueblo íbamos al descampado de parque de Santa María. Nuestro ritual era besarnos mientras nos desnudábamos, poco después mientras él iba encendiéndose un porro yo me dedicaba a ponerle a tono para luego subirme encima y mientras cabalgaba, intercalábamos caladas y besos hasta que me corría o me bajaba a descansar. Momento en el que me daba el porro y me abría las piernas para seguir percutiendo hasta que volvíamos a corrernos. Este bucle lo repetíamos hasta caer rendidos y la gran mayoría de las noches se nos hacía de día.

Estuvimos así hasta finales de mayo, qué como todos los estudiantes, me recluí a estudiar los exámenes de junio. No se me dio mal, aunque bajé un poco respecto al año anterior. Cómo todos los años, al acabar tocaba recuperar el tiempo perdido estudiando.

Fuimos a la piscina de Laura, ese año había dejado La Blume y compartía piso con su hermana y con un par de chicas más. Fuimos Fátima con su novio, Mary, Jose, Laura, su hermana y yo.

Mi sorpresa fue que Mary y Jose estaban súper acaramelados, mientras les miraba como se morreaban internamente sonreía al ver que Mary no estaba con Fer.

Más tarde, se unió casi todo el grupo y apareció Fer, estaba guapo, diferente. Se había cortado el pelo, había dejado atrás su melena vikinga, ...

... por un degradado que le sentaba muy bien. No recuerdo mucho de esa noche salvo que la vuelta a casa en el búho iba con Fer. Le di mi bolso como acostumbraba y las últimas paradas las recorrimos con mi cabeza en su hombro. A la altura de Pinar de Chamartín, me preguntó ¿qué habíamos hecho mal? Le miré a los ojos y no supe responder, el resto del camino lo hicimos callados. Al llegar su parada, me dio dos besos y el último casi rozó mis labios por el frenazo.

Me bajé con él, la excusa que le puse fue que quería despejarme y no llegar tan borracha a casa, 10 minutitos andando tenía. Insistió en acompañarme, pero no le dejé, nos quedamos hablando un buen rato, como la primera vez que nos liamos. Mi bolsillo no paraba de sonar, al principio eran mensajes, Fer me decía que lo mirase, no quería, le decía que posiblemente fuesen estas comentando alguna jugada o que habían llegado bien a sus respectivas casas hasta que el sonido era de una llamada, colgué sin mirar y nos despedimos. Nos miramos a los ojos y la despedida fue algo más que un pico. Al final fueron dos o tres.

Nos separamos, él se fue a su casa y yo me fui a la de Lorena y Pablo.

Al llegar, Pablo me montó un pollo que flipas, que llevaba esperando una hora, que si me escribía que le respondiese y si me llamaba que se lo cogiera. Aguanté el chaparrón por dos razones, la primera era que quería fumarme un buen porro y la segunda era que quería que me follara.

En mitad de su bronca, empecé a desnudarme y esta acabó ...