Las aventuras de María IV - Relatos Eróticos

Las aventuras de María IV

... sentirla que me abrazase y que me dijese que no pasaba nada, me cogí un taxi a su casa, sabía que sus padres se habían ido al pueblo a pasar el fin de semana, esperaba que estuviera en ella si no me hubiera tocado llorar las penas en casa.

Al llegar vi que había luz en el salón, su persiana estaba bajada, le di un toque, no me respondió. Le mandé un sms y tampoco hubo respuesta. Decidí llamar al timbre, “soy María” fue mi respuesta, la puerta se abrió y pasé. Pablo me esperaba en la puerta, flipando. Me colé en su casa, no había rastro de Lorena. Me paré en el salón, “mi hermana no está” oí, me iba a marchar al ver que no estaba, Pablo al ver mis pintas me dijo que me quedara un rato, que si quería hablar. Me quitó la chaqueta, me senté en el sofá, me ofreció su vaso. Le dí un trago sin preguntar que era, no fue agua precisamente.

Empecé a contarle todo, el vaso se acabó pronto y cuando llegué al final volví a llorar. Me hice un ovillo, Pablo se acercó, me puso la cabeza en sus piernas y me dejó llorar un rato. En ese rato, su mano izquierda subía y bajaba de su boca a mis hombros. Notó que dejé de llorar y que mi mirada estaba posaba en su mano, la acercó cuidadosamente a mis labios y aspiré profundamente. Cerré los ojos, me dio el porro y con su mano, despacito fue rozando mi brazo. Dejé el cenicero en el suelo y me puse boca arriba, la mano tímidamente rozó mi pecho y al ver que no había ningún reparo, se introdujo bajo mi top. Nuestras miradas estaban fijas en el ...

... otro, su mano siguió acariciando mis pechos, mi boca no dijo que parara. Notaba como debajo de mi cabeza su polla se endurecía. Me levantó para quitarme el top y acabamos besándonos, el tiempo se había detenido. Continuó lamiendo mis pezones, despacio deleitándose en ellos, mientras mi mano agarraba sobre el pantalón su polla. Poco después estaba a cuatro patas en el sofá con ella en la boca mientras su mano empezaba a masturbarme. Volvía a tener su polla en mi boca, esta vez la disfruté, su polla era normalita pero muy dura. Me tumbó y a lo misionero empezamos a follar, pronto me corrí. Me subí encima de él y cabalgando me comía las tetas. En uno de esos botes, noté como se corría dentro de mí y yo poco después. Nos tumbamos en el sofá, Pablo volvió a liarse un porro y mientras nos lo fumábamos me dormí.

Me desperté, no sé el tiempo que estuve dormida pero Pablo estaba comiéndome el coño como un poseso, era la primera vez que un chico después haberse corrido dentro de mí me comía el coño poco después. Eso me puso a cien y volví a correrme, volvió a penetrarme esta vez a cuatro patas, encadené orgasmos hasta que volvió a correrse dentro. Antes de volver a quedarnos dormidos nos fuimos a su cama. Caímos redondos y hasta el mediodía no nos levantamos.

Lorena se quedó con Arturo esa noche, ahorrándome muchas explicaciones. Apunto de irme, Pablo me dio un porro y me dijo, cuando quieras más ya sabes donde vivo mientras con su otra se acariciaba su polla, le ignoré y me fui a ...