Las aventuras de María IV - Relatos Eróticos

Las aventuras de María IV

... diciendo ¿he venido o no? Pues calla, dame eso y cómeme el coño. Me senté en el sillón reclinable y me abrí de piernas, Pablo me hizo caso e hizo que me corriese en muy poco tiempo.

Mientras se desnudaba, en una mesita vi por qué me había montado ese numerito. Pablo había empezado la fiesta mucho antes. Terminó de desnudarse y con su polla empalmada, se acercó, me agarró del pelo y empezó a follarme la boca sin dejarme respirar. La tenía durísima poco a poco me fui acostumbrando, ya casi no tenía arcadas, bien lubricada era más sencillo. No se corría, otras veces en menos tiempo ya lo había conseguido.

Paramos un poco, fui a beber un poco de agua a la cocina y coger unos hielos para ponernos una copa. Mientras rebuscaba como otras muchas veces en la pequeña bodeguita, Pablo no perdió el tiempo, dos líneas blancas esperaban encima de la mesa. No hablábamos, terminé de poner las copas y cuando las llevaba, aspiraba una de las dos. Se levantó, me cogió ambos lados de la cara y me besó, un beso sucio y lascivo, tanto que al separarse me dejó con la boca abierta y un pequeño hilillo de saliva cayó en mi barbilla. No sé muy bien cómo, si su mano me guió, me lo pidió o fui sola pero mi siguiente recuerdo es aspirando y notando un picor que ni en mi vida, lo siguiente que noté fue un latigazo en el ojo. Lo siguiente que recuerdo es a Pablo encima de mi follando a un ritmo endiablado mientras yo gritaba sin parar, los vecinos de arriba dando golpes y pidiendo que parásemos, ni ...

... caso les hicimos. Noté como se corría pero seguía empalmadísimo, en el sofá hicimos un 69, para recuperar un poco el aliento y para preparar el siguiente round. Me encanta que me coman el coño recién se han corrido en él, volví a correrme como acostumbro, mi cabeza iba volando. Senté a Pablo en el sillón y me subí encima a cabalgarle, nuestros sexos golpeaban furiosamente sin parar. Acerqué mis labios a los suyos y al separarme no vi su cara, sino la de Fer. ^

Paré y volví a besarle, desde ese momento estaba a 5 minutos andando, en un cuarto pequeño y follando con la persona que más quería. Al acabar el beso comprobé que no era Fer y me llevé una pequeña desilusión. Para no verle la cara me salí y le di la espalda, haciendo unas sentadillas acabamos corriéndonos.

Me preguntó si íbamos a su cuarto a seguir y le dije que hoy me iba a ir a casa, que ya había tenido suficiente. La razón es que para mí ya se había acabado la relación de follaamigos que teníamos, iba a volver con Fer. Ventilamos mientras nos dábamos una ducha, hizo una nueva intentona, pero fijamente le dije que no siguiese por ahí. Casi a punto de irme, la puerta de la calle se abrió y apareció Lorena llorando. Se quedó flipando, igual que nosotros, corriendo se metió en su cuarto y yo detrás.

Había roto con Arturo, me estuvo contando que había ido a casa de Arturo como otras tantas veces pero que esta vez iba también un compañero de la uni de Arturo. Ella pensaba que iban a hacer un trío y empezaron a ...