Las aventuras de María IV - Relatos Eróticos

Las aventuras de María IV

... yo caímos rendidas.

Me desperté abrazada a Lorena, me quedé unos minutos pensando en cómo había desvariado la noche. Una buena celebración de cumpleaños y un fin de fiesta mejor aún. Me levanté despacito para no despertar a mi acompañante, quería darme una ducha y eliminar cualquier rastro. Me metí en la ducha, los recuerdos de la noche, mis manos rozando y recorriendo las marcas del día anterior y el agua cayendo por mi cuerpo hicieron que me encendiera. Tumbada en la bañera cerré los ojos, en mitad de mi ensoñación la puerta se volvió a abrir. Pablo entró desnudo, hasta ayer nunca le había visto así y en menos de 10 horas volvía a hacerlo. Sin ningún pudor empezó a hacer pis mientras alternaba su mirada de mi cara a mi mano. Al acabar me dijo que ya podía terminar lo que estaba haciendo o prefería que lo hiciese él, sacudiéndose la polla. Me cubrí como pude mientras se marchaba riéndose.

Segunda vez también que me quedaba a medias en pocas horas, terminé de ducharme. En el desayuno Pablo estuvo excesivamente chistoso, con dobles sentidos que yo sabía de qué iban y Lorena pensó que era de la fiestita que tuvimos con los primos. Poco después tuve que marcharme para ir a comer con la familia.

Las siguientes semanas Lorena sólo quería quedar con Arturo y aproveché para volver a quedar con los amigos de la universidad. Fuimos a Malasaña como acostumbrábamos, un rato en el Tikal para acabar en el Cimmeria. Era como volver casi un año atrás, como si nada hubiera ...

... cambiado, salvo que ya no estaba con Fer. Le veía bien, hablando con todo el mundo como siempre, riendo a carcajada limpia. Cuando hablamos no noté rencor en sus palabras, lo que sí noté era indiferencia. Eso me dolió mucho pero intenté no empañar la noche con tonterías, quería pasármelo bien, reconectar con unos amigos que por mis acciones me había ido separando de ellos.

Lo conseguí, disfruté como una niña. El baño del Cimmeria estaba a reventar y decidí ir al Rey Lagarto a probar suerte, había cola pero mucha menos así que esperé un poquito. Al volver, vi que estaban todos fuera clausurando la noche, mis ojos se dirigieron sin querer a la mano de Fer que estaba muy cerca del culo de Mary. Toda la felicidad de la noche se esfumó, fue como un puñetazo en el estómago. Entré a por mi chaqueta, con los ojos llorosos. Al volver, Fer me preguntó si me iba al barrio, le dije que no que iba a ver si veía a unos amigos que estaban en Pachá. Todo mentira, no me veía yéndome con él. Me dirigí a la fila de Pachá y antes de llegar me escabullí y seguí al grupo. Casi en Bilbao, Mary y Fer se besaron, un largo beso que delataba que no era el primero justo antes de que el taxi de Mary llegara.

Llorando me di la vuelta, empecé a andar casi sin rumbo, quería alejarme de allí. Acabé sentada en un portal, llorando de impotencia y rabia. Entendia que habían pasado casi 5 meses desde año nuevo y que la relación con Fer se había acabado pero me dolía mucho. Quería hablar con Lorena, necesitaba ...