La Abogada del Diablo - Relatos Eróticos

La Abogada del Diablo

... vuelta a atrás, y te aseguro que te va a doler de lo lindo bonita. Estoy muy cabreada contigo, muy decepcionada.

Diana se levanto, dio unos pasos atrás, bajo la mirada y espero. Laura la miro durante unos segundos y no se lo pensó. Doblo su rodilla derecha lentamente, viendo como aquella joven enamorada de ella hasta las trancas la observaba de reojo, y se quito la zapatilla blandiéndola en su mano derecha hasta golpearse varias veces con ella sobre su mano izquierda.

-¡Desnúdate de cintura para abajo jovencita! Esta lección no la vas a olvidar en la vida. Veras como el próximo día le cambias el pañal a la niña en cuanto se lo haga.

Diana comenzó a bajarse el pantalón vaquero sin quitar la vista de Laura. Sabía que la iban a dar una pero que muy buena tunda de zapatilla en el culo, pero se estaba poniendo más cachonda que nunca. Ver a aquella mujer frente a ella zapatilla en mano, con aquel vestido negro ceñido a su cuerpo, con las medias negras transparentes. Esa mirada que se clavaba en el alma taladrándola. Ufff, estaba súper mojada.

Tras quitarse los pantalones, hizo lo mismo con sus braguitas de color rosa, tal vez demasiado de niña pensó. Y en todo momento Laura la esperaba sin decir nada, mirándola fijamente súper cabreada y golpeando la palma de su mano izquierda con la suela de su zapatilla, como adelantándola lo que se la venia encima. Diana se quedo denuda de cintura para abajo y tapándose sus partes intimas con ambas manos espero instrucciones. Tenía ...

... los ojos enrojecidos de llorar, y presentía que iba a derramar aun muchas más lagrimas. Laura avanzo con paso firme hasta el borde la cama y se sentó en ella, levantándose un poco el vestido negro ceñido por encima de las rodillas. Diana se excito aun mas, estaba chorreando. Con gesto adusto y serio la indico donde debía ponerse, y Diana que hacia muchísimo tiempo que ya no pasaba por el regazo de su madre, la única que la había castigado así, se coloco sobre el de su amada dispuesta a recibir un serio correctivo por sus faltas.

-Ni se te ocurra llevarte la mano al culo para protegértelo, o incrementare el castigo. Y quiero ese culo bien alto y expuesto. ¿Entendido? – la indico Laura mientras acariciaba la suave y tierna piel de aquel culito precioso que iba a castigar sin miramientos, con su mano izquierda.

Diana asintió con la cabeza sin decir nada, concentrada ya en el momento en que la zapatilla impactara por primera vez en su trasero. Se acordó del zapatillazo que se había dado frente al espejo ella misma, auto castigándose. Aquel la había picado, pero estaba segura que mucho menos de los que la iban a dar ahora. Laura la miro desde su posición, la tenía a su merced, era toda suya y se sentía empoderada. Tenia control total sobre aquella joven y eso la gustaba. No tardo en levantar su mano derecha y dejarla caer con todas sus fuerzas sobre el desprotegido culo de Diana, que dio un respingo y un grito sordo cuando sintió la suela de la zapatilla en su nalga derecha, ...