El pervertido de mi marido
Fecha: 05/08/2019,
Categorías:
Infidelidad
Autor: ámbar coneja, Fuente: CuentoRelatos
... agarró una bombachita de Luciana me dio asco. Se la mostraba, se la hacía oler y le decía: ¡dale, lamela, que cuando eras pendejita seguro tenías este olor, no bebé?! Lili obedecía implacable. Cuando Rodolfo le sacudió la pija contra las tetas, Lili dijo suspirando: ¡acá tu nenita soy yo, así que dame verga papi, y, para tu información yo tenía olor a pis como ella, pero sí me re pajeaba mirando a los tipos grandes! Rodolfo enloqueció. La empujó contra el colchón, le metió la pija en la boca y la escuché atragantarse, casi al borde de pedir auxilio, con lágrimas en los ojos y algunos moquitos. Le cogía la boca con salvajismo, le masajeaba la argollita sobre el pantalón, le escupía la cara y, cuando le quitaba la pija era solo para que le lama los huevos. Rodolfo gemía, y no se le caía el putita alzada de los labios. Cuando la dejó en bombacha y la puso en cuatro sobre el piso, mis hormonas actuaban imprudentes, rebeldes y ya sin hacerle caso a la razón y a sus principios. Yo misma ya estaba con los pechos al aire, con el vaquero por los pies y las manos inquietas. Me ensalivaba los dedos para tocarme los pezones, me los estiraba, me daba unos masajitos en la concha notando cómo la bombacha se me hacía un mar de jugos y, me pegaba en la cola y me separaba los glúteos, y me mordía la garganta por no gemir. Todo apoyada sobre la ventana, mientras Rodolfo dejaba a la guacha parada de manos en el suelo para rozarse con sus piernas y encastrarle el choto en la almeja, después de ...
... haberse extasiado con su aroma, de morderle el culo y de pajearla con dos dedos. La insultó porque no se había depilado, le pegó porque no se lavó el pelo antes de venir, y porque tenía la misma bombacha de la tarde anterior. Hasta me oriné encima en uno de mis orgasmos más perpetuos, deliciosos y electrizantes. Fue en el momento en que Rodolfo se sentó en el suelo, y la guacha, sin sacarse el calzón lo cabalgó. Cómo se movía esa culeada! Parecía que le iba a quebrar la pija de tanto movimiento de pelvis, que le iba a reventar los ojos de tantos tetazos! Me desnudé totalmente cuando Rodolfo empezó a gritarle que ya le venía la leche, y Lili le pedía que le rebalse la concha. Pero eso no pasó, porque el muy desquiciado la levantó casi por los aires de un zamarreo, la revoleó en la cama boca abajo, le dio unos cuantos chirlos en la cola, la amordazó con una almohada y se le tiró encima para, en solo dos arrimaditas empezar a cogerle ese ortito perfecto. La morocha era una mugrienta, pero no comía nada de más con tal de cuidarse la figura, la piel y la carita! Se oía con claridad el rechinar de las patas de la cama, los peditos de la guacha, la pija de mi macho perforando aún más su agujerito, los gritos apretados en la almohada y las groserías que Rodolfo le dispensaba. Mi clítoris estaba por estallar cuando decidí tomar el martillo preferido de mi marido, el que casualmente reposaba entre una maceta y la cucha del perro, y entré como un rayo a la habitación. En ese momento el ...