El pervertido de mi marido
Fecha: 05/08/2019,
Categorías:
Infidelidad
Autor: ámbar coneja, Fuente: CuentoRelatos
... modos y furia contenida. Cuando le pregunté a Rodolfo por esto, dijo que la llamó para que saque las telas de arañas del techo, y que él la ayudó un poco con las partes a las que Lili no llegaba. Una tarde, antes de llegar a casa, veo a mis hijos en la placita del barrio con otros nenes. Menos mal que había una madre! Les pregunté por Lili o por su padre. Mateo dijo que él los mandó porque tenía que hablar de cosas importantes con Liliana. Los llamé y fuimos los 5 luego de comprar una gaseosa a la casa. Liliana no estaba, y Rodolfo descansaba en la cama. Me encerré en la pieza y lo desperté chupándole la pija. Tenía un olor a garcha que solo me incitaba a petearlo, pasármela por las gomas, pajearlo contra mi boca y, cuando ya no pude más, me le subí encima para atenazarle la verga con mi concha hiper flujosa. ¡qué tenían que hablar con Lili papi?, qué te hizo la sucia esa, te anduvo provocando, te movió la colita esa turrita?!, lo celé mientras lo cabalgaba sin importarme si gemía o la cama chillaba. Rodolfo quiso hablarme del padre de la guacha, de una enfermedad y qué sé yo. En cuanto acabó me fui a cocinar, sin razonar demasiado en sus excusas. Pero le creí, sin saber que aquel fuera nuestro último polvo. Una tarde, cuando volví con los nenes de la escuela, lista para preparar la merienda, una vez que les prendo la tele decido ir a mi pieza para cambiarme. No sé cómo reaccioné cuando vi a Lili recostada en nuestra cama, descalza, en bombacha y con las tetas desnudas. La ...
... sacudí y le hablé para despertarla. Apenas bostezó se disculpó por quedarse dormida, y agregó que tenía mucho calor. Le pregunté si Rodolfo había venido al mediodía. Negó con la cabeza algo confundida, se tapó las lolas con las manos y buscó su ropa con la mirada. Esa tarde no había más de 16 grados. Volví a creerle cuando dijo que después de llevar a los chicos al cole se descompuso, y que para no alarmar a su padre prefirió venir a casa y recuperarse. Al tiempo encontré una tanguita rosa debajo de la cama, y no la reconocí como mía. Le pregunté a Lili si otra siesta durmió en casa, y como me dijo que sí se la mostré para saber si era de ella. Se la llevó entre más disculpas. A todo esto los chicos seguían desatendidos. Luciana me dijo mientras la bañaba una tarde que Lili juega con Nacho a que es un bebé, y que le ponen pañales. Mi cabeza ya no encontraba lucidez. Algo raro estaba pasando, y era hora de descubrirlo. Le cuestioné a Rodolfo nuevamente. Primero acusó a la nena de mentirosa. Pero apenas le di vuelta la jeta de un tortazo confesó que le ponen pañales a Ignacio para no lavar tanta ropa. Claro, cuando yo llego no había indicios de eso porque lo cambiaban. ¡así el nene no va a dejar el pañal nunca!, le grité en la cara. ¡negra, sabés cómo es la Lili, que juega con los chicos! Qué mierda sé yo… trabajo como un boludo todos los días para que me preguntes pelotudeces! Así que si no vamos a coger dejame dormir!, dijo indignado, y se durmió con la pija en la mano, porque ...