1. El síndrome del oso panda (3)


    Fecha: 13/05/2019, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Vero_y_Dany, Fuente: xHamster

    ... pareció intensísimo, gritara en mi oído “Te amo, Dany, ¡oh!, cómo te amo”.Y eran más de las tres cuando se quedó dormida abrazada a mí, con el rostro sereno, en paz.Antes de abandonarme a mi vez al sueño, se me ocurrió un pensamiento inquietante: que ambos habíamos roto los sellos y abierto los siete cerrojos de una puerta que posiblemente ya no volvería a estar completamente cerrada nunca más.Y que ni ella ni yo (o eso pensaba al menos) opondríamos ya la misma resistencia si se nos daban en el futuro las condiciones que nos llevaran a follarnos a otra Caitlyn u otro Germán.Pero a pesar de eso, dormí profundamente.6La vida sigue… (Dany)Habían pasado dos meses desde aquella noche en la que nos confesamos nuestras infidelidades mutuas.Durante unos días, la situación fue algo tensa entre nosotros, y yo percibía una especie de muro de cristal que nos separaba. Las pocas veces que hacíamos el amor, había en ambos como una especie de reserva, algo que nos impedía entregarnos completamente.Y en aquellas ocasiones, mientras mi pene entraba y salía de su conducto, me asaltaban visiones de aquel cuerpo desnudo entre los brazos de otro hombre.La primera vez, aquellos pensamientos me hicieron perder la erección casi por completo, aunque no lo suficiente como para que Vero no experimentara un orgasmo. Pero yo me retiré de ella sin eyacular; era la primera vez que me sucedía.No volvimos a intentarlo hasta un par de semanas después. En esa ocasión, e influido sin duda por mi larga ...
    ... abstinencia, la excitación consiguió que evadiera mi mente de aquellas imágenes.No fue nada distinto de lo que habíamos experimentado durante los últimos años de nuestro matrimonio. Pero cuando Vero comenzó a sentir un orgasmo, las dichosas visiones volvieron… En aquella ocasión, sin embargo, la imagen mental de mi mujer penetrada por otro hombre, consiguió el efecto opuesto: me excité hasta extremos que no recordaba desde hacía mucho tiempo en mi relación con ella, y comencé a follarla con un ritmo frenético, mientras le gritaba más que decirle que era mi amor, que solo la quería a ella… Vero pareció salir de su apatía, y todo fue como al principio: jadeó, me mordió y se debatió entre mis brazos, embargada por las sensaciones de un clímax intensísimo.Y poco a poco, las cosas volvieron a su cauce: desapareció aquel velo que empañaba nuestra relación. Volvieron las risas y las bromas, y ahora hacíamos el amor casi a diario.Solo que había algo en lo que yo no quería pensar: habría dado algo por ver aquellas fotografías de Vero desnuda, pero no me atrevía a pedírselo. Y en cada ocasión, imaginármela de aquella forma me provocaba el inicio de una erección.Y llegó el mes de junio.7Conversaciones de alcoba (Dany)8 de junioVero volvió de su viaje a Barcelona al día siguiente. Como de costumbre, no encontraba las llaves en el bolso, con lo que hubo de llamar por el videoportero. La esperé con la puerta abierta. Soltó la bolsa de viaje al verme, y me abrazó. Nos besamos apasionadamente, en mi ...
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