Tarjetas black (Parte 1)
Fecha: 10/12/2018,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Rober XL, Fuente: CuentoRelatos
... la mujer se sentía satisfecha de haber conseguido que Róber eyaculase de aquella forma tan exagerada. Aún así, Róber no la soltó hasta que él mismo hubo escurrido hasta la última gota de su polla. Finalmente, Yeimy cayó hacia atrás con sus labios apretados, la boca llena de esperma, totalmente extasiada. Le había vaciado los huevos a aquel macho imponente. Lo había hecho, y literalmente saboreaba su premio. Unos instantes más tarde Róber sonriendo y aún en pie le ordenó ― Abre la boca― Ella, le devolvió una pícara sonrisa y le mostró encantada su boca ya vacía moviendo la lengua para dejar claro que lo había tragado todo. El Delegado movió la cabeza en señal de aprobación. El aliento de la muchacha desprendía un evidente aroma a semen. Debía haberla premiado con una buena ración tras una semana o más sin eyacular. ― ¿Te ha gustado mi leche? ―preguntó Róber. Ella asintió volviendo a mirarlo con malicia― ¡Ummm! Está rica ―dijo juguetona. ― ¡Joder Yeimy, que bien la chupas! Eres única, te ...
... esmeras y pones el alma como en todo lo que haces.... Tendrás tu ración trimestral, lo prometo. Luego de acusadoras y excitantes miradas, Yeimy se levantó y tomó la resolución de irse. ― Oye, el sábado me vuelvo a España, así que iré el viernes a cenar a tu casa ―aquellas palabras cayeron sobre la contable como un jarro de agua helada. ― ¿Cómo…? Ni se te ocurra ―replicó Yeimy furiosa poniéndose en pie. ― No te estoy pidiendo permiso, te estoy avisando ―aclaró Roberto― Por cierto, ¿cómo se llama tu marido? Yeimy verificó que no se hubiesen roto sus medias por las rodillas. ― ¡Eres un cerdo! ― dijo airada ― Sí, lo soy, y tú una mujer casada con buen gusto para el semen... Vamos, no seas tonta, dime cómo se llama ―repitió el Delegado con firmeza. ― Fede, se llama Fede ―respondió la contable finalmente, respirando aliviada al ver que Róber volvía a meter su miembro dentro del pantalón. ― Gracias... Venga vámonos, se hace tarde... Federico estará preocupado por su mujercita ― sonrió Roberto. CONTINUARÁ