1. Compartiendo a Brenda, mi esposa


    Fecha: 20/10/2018, Categorías: Incesto Infidelidad Autor: Mamaceando, Fuente: CuentoRelatos

    ... colchón y su culo arriba, bien lavantadito. En cuanto sintió que mi verga entraba, comenzó a gemir como una puta de esas que salen en las películas porno. Solo faltaba que el pendejo de Ramón entrará y nos filmará. Estoy que me vengo… puta madre aguanta un poco más chinga. Mientras los alaridos de Brenda me dejaban en claro, que hacer un bebé era solo un pretexto, intente distraerme e la cocina. Me prepare un café y un sándwich que no probé. Nunca en mi vida me había sentido tan miserable. No tenía ni las agallas para entrar y echar a patadas a ese hijo de la chingada. Solo podía estar ahí en silencio escuchando los gemidos de mi esposa y el golpeteo en cada metida de verga que le da su puto hermano. —¡Ya casi acabó, hay cabrona que rica estás chingada madre! —Sigueee por favor no pares no te detengaaas. Sus manos fueron rompiendo poco a poco la tela y ahora sentía mi espalda descubierta, el traje me colgaba y por fin mis chichis tenían algo de movimiento. Mi hermano aceleraba cada vez más sus embestidas a mis caderas. Estaba por llenar de leche mi vagina. Aunque a estas alturas ya no si me importa queda4 embarazada. Me siento una mujer plena. —haaaa! Queee riiicooo haaaa! —Siiisiiisiiii siii así así… así… asi…! Fuimos bajando la velocidad al mismo tiempo que terminábamos, aún empinada giré mi cabeza para verlo y esa gran sonrisa ...
    ... me indicaba la gran felicidad que sentía. Aunque ahora, me tocaba salir y ver mi marido a la cara, y se que será algo distinto. Mi mujer salió con la cabeza abajo y se fue directo al baño, mientras mi cuñado salió así, con la Vega al aire y se paseo frente a mi. Mordió mi sándwich y dio media vuelta hasta desaparecer en la habitación. En cuanto salió, ya bañado y perfumado. Le dije que se fuera. —¡Pero estamos haciendo un bebé! ¡Brenda! ¡Ven y dile que solo es para que la familia sea feliz y crezca! —¡LÁRGATE! Salió con una sonrisa enorme, jamás voy a borrar de mi mente su cara de felicidad. —Me avisan si hace falta otro poco, no llamen a nadie más por favor. Cuando escuche que la puerta se cerraba de golpe, me dio miedo quedarme a solas con mi marido. ¿Que le diría? ¿Que me va a decir el? Para mi sorpresa o mi pesar, no pronunció ni una palabra ese día. Dormimos abrazados pero nunca hubo un reclamo. Tal vez quería que gritara, que me dijera que soy una hija de la chingada. Pero nada de eso paso. Con el transcurso de los días todo volvió a la normalidad. El al trabajo, sexo una vez a la semana. Hasta que llegó un mensaje de texto a mi teléfono. "Ya vi salir a Ramón, ábreme. Vamos a coger" Se me erizo la piel y me quede inmóvil mientras los nudillos de mi hermano chocaban contra la puerta y el timbre no paraba de sonar.  
«12...4567»