1. Compartiendo a Brenda, mi esposa


    Fecha: 20/10/2018, Categorías: Incesto Infidelidad Autor: Mamaceando, Fuente: CuentoRelatos

    ... la panocha y se dejó ir hasta el fondo, los quejidos de mi esposa eran algo que desconocía. Y ahora me culpaba, teniendo a mi lado a tremenda hembra, apenas y la toco. Hace un rato que tengo la verga en la mano. Me estoy masturbando mientras miro como se clavo cogen… mierda! Jamás me imaginé que tendría la oportunidad de sentir a mi hermana, es verdad que en algunas ocasiones mientras dormía yo entraba a su cuarto y la miraba desnuda, incluso algunas veces recargaba mi verga en su cuerpo o en su cara. Pero tenerla dentro de ella es diferente. Que suerte la de este hijo de perra que la tiene diario a su disposición. —Es mi sueño echo realidad, siempre quise cogerte. Hacerte mi puta-sentía como se le erizaba la piel con mis palabras y ataque. —Siempre me mataba a pensando en ti, y tomaba tu ropa para sentir tu olor. —¡¿EN SERIO?! —Me gustaba ir a verte trabajar y ver la cara de todos esos cabrones babear por el movimiento de tus nalgas. Que seguro tenían la verga tan dura como yo. —¡QUEEERICO! —Estoy seguro de que tú también lo disfrutabas-aunque ya no emitía más que gemidos, sabía que era una puta, que le gustaba exhibirse. Lo disfrutaba. —haaaa! HAAAA! HAAAAA! -sentir su verga entrando en mi me estaba provocando un nuevo orgasmo, y que me hablara como a una perra me encantaba. Cuando trabajaba de edecán, llegaba mojada a casa. El que se murmurarán cosas sobre mis nalgas o mis tetas me calentaba. Y al principio fue lo que me atrajo de Ramón. Siempre tenia una frase cachonda ...
    ... para mi. Creo que mi hermano ya se va a venir. Mi cuñado se tiro boca arriba y Brenda sin dudar un solo segundo se montó en su verga, cuando por fin llegó al tope comenzó a cabalgar sobre Pedro. Sus tetas aunque habían pasado unos años, seguían siendo hermosas. Podía escuchar el ruido que hacían cada que chocaban en su cuerpo. Aunque me era imposible escuchar, sabía que algo estaban diciéndose. —¿Así que siempre te guste hermanito? —Siempre, desde niña. —¿Y porque no me dijiste? Nos hubiésemos divertido mucho. —No pensé que… —Claro que no… haaaa! Eres mi hermano. Pero… huuuuy! Te hubiera ayudado con un par de chaquetas… ¡HAYQUERICO! —Jajaja yo no quería eso, para masturbarme, me masturbo solo. —…y acabar en mis nalgas o en mi boca… haaaaa!!! —¡¿EN SERIO ME ABRÍAS DEJADO…?! —Nunca me lo pediste, sabía que entrabas a mi habitación haaa haaaaa! Me maaasturbaba cuando salías, después de que ponías tu verga en mi mejillaaay! ¡Quericavergatienees! Ya no podía más, entre la excitación de estarme cogiendo a Brenda y el saber que pude disfrutar de esto desde hacía años, estaba por terminar. Pero quería ver ese par de nalgas bien levantadas. Así que la empine y me deje ir con todas mis fuerzas. —Ahora siiii haaaa! Le vamos a poner pedrito-Mi hermano me empinó al borde de la cama y desde que entro su verga, supe que estaba por venirse, mis nalgas recibían el impacto de su deseó. Y yo no paraba de gemir. —No te detengaaas! Sigue! Sigue haaaa! No pares! —Me vengo, me vengo, me vengo haaaa! ...
«1...345...»