Compartiendo a Brenda, mi esposa
Fecha: 20/10/2018,
Categorías:
Incesto
Infidelidad
Autor: Mamaceando, Fuente: CuentoRelatos
... subió, me llevo frente al espejo y pude ver mi figura. Es cierto que ya no soy la misma chiquilla, pero sigo estando en forma y también era mi atuendo favorito. Mi hermano me manoseaba, aunque trate de separarme, sus besos en mi cuello me derritieron. Por instinto lleve mi mano a su verga, que ya estaba como una roca. —Sigues estando igual de buena hermanita-Parecía que el traje reventaría en cualquier momento, pero que deliciosa se ve mi hermana, ya quería tener mi verga dentro de ella. Recorría su cuerpo, como siempre quise hacerlo. Tocar sus nalgas, apretar sus chichotas y sentir esa panochita que se marcaba con ese atuendo. La acomode en el borde de la cama y en cuanto me baje el pantalón su boca busco mi verga. Su culo levantado era el más hermoso espectáculo que podía tener, incluso se tomaba el cabello, para que pudiera ver como se metía toda verga en la boca. —Así me gustas más hermanita, esa es la puta que quiero-mi hermano me miraba fijamente, y yo le correspondía chupando desde la punta de la verga y hasta lamiéndole las pelotas. Sentía sus dedos frotándome la vagina. En cuanto sentí la saliva de mi hermana en mi verga, volví a sentirme en el cielo. No soporte que un pedazo de tela elástica me impidiera tocar su panochita, que ya estaba húmeda. Así que de un jalón rompí un poco para poder sentir su piel y hundir un par de dedos en ella. Sentía como su respiración se agitaba mientras metía con más fuerza mis dedos, su boca se aferraba a mi miembro con más pasión. ...
... —¿Brenda?-pronuncie su nombre mientras corroboraba que estuviera en el baño, aunque ese vacío que sentía en mi interior sabía muy bien que los gemidos al otro lado del pasillo eran de ellos. Ni siquiera tenía ánimo de verlos desde la azotea. Ahora quería llorar. —¡Siéntate sobre mi, quiero ver tus nalgas rebotando en mi verga! Me senté sobre su verga dándole la espalda, seguía con el conjunto de libra puesto. Solo un agujero permitía que su verga me penetrara. Esta manera de hacerme sentir tan sucia, tan puta, tan… me encanta. —Ayúdame Haaaaa! con tu panochaa!-Le puse su mano sobre su sexo y sin dudar comenzó a estimularse y a balancear sus caderas con más ritmo. Podía sentir como su orgasmo se acercaba. El ruido que liberaba su boca seguro ya despertó a Ramón. Me prende saber que ese hijo de puta me escuche darle verga a su mujer, a mi hermana. ¡QUE PINCHE CULOTE TAN RICO! —Me voy a venir! —Las veces que quieras hermanita -mis nalgas chocaban contra sus guevos y hacían un ruido estrepitoso, me daba miedo que Ramón despertara. Pero al mismo tiempo me excitaba el saber que estaba haciendo algo prohibido. —Haaaay! Haaaaa! Siiii si siii! Sentí sus fluidos sobre mis piernas y como se deshacía sobre mi, la empiné para ver ese mates tu oso majestuoso culo... la tela ajustada le macaba las curvas a la perfección. Aunque solo podía ver su panocha al aire, recordaba que cuando usaba ese atuendo yo me masticaba imaginándola así, como la tengo en este momento. Con la cabeza hundida en el ...