Fui infiel en vacaciones en Santa Clara
Fecha: 26/08/2018,
Categorías:
Infidelidad
Grandes Relatos,
Autor: hilda, Fuente: CuentoRelatos
... mis continuos orgasmos. En un momento mis hombres se acomodaron de tal manera que tuve una triple penetración, dos en la vagina y una en el ano, fue algo que me enloqueció, algo desesperante que me mantenía en un éxtasis sublime haciéndome acabar como una fiera. Luego intentaron invertir los roles, con doble anal y una vaginal pero los dolores en mi colita fueron demasiado intensos y no pudimos lograrlo. Una vez, recibí los espermas de los tres en mi boca, lo cual me produjo un placer inmenso al mostrarles el semen colmando mi cavidad bucal antes de tragármelo, algo verdaderamente delicioso. Luego los dos más jóvenes volvieron a descargar su esperma en mi culito, uno luego del otro, mientras yo se la chupaba a Juan sin lograr hacerlo acabar nuevamente. Al regresar le pedí a Juan que me dejaran en la tiendita de los artesanos y luego de recoger mi bolso me fui caminando a la cabaña, eran como las nueve de la noche. Mi esposo algo molesto me dijo que le hubiera gustado cenar algo, le ofrecí comida que había quedado en la heladera y luego me metí a la ducha porque el olor a semen que despedía mi cuerpo podría ser detectado por mi querido. Mi conchita y mi ano estaban llenos de esperma y arena por lo que me tardé más de lo habitual en dejarlos bien limpios. Al acostarme junto a mi esposo, él me dijo que le dolían mucho las piernas. Entonces comencé a acariciarle el pene a pesar de sus quejidos, logrando ponerlo en erección. Más de media hora necesité para lograr su eyaculación ...
... en mi boca, mientras me masajeaba la vulva con un juguetito eléctrico con el que pude tener dos orgasmos. Ya era demasiado para un día tan intenso y me quedé profundamente dormida hasta las once del día siguiente. Los días que siguieron fueron muy agitados con Juan y el amigo. Su hijo se fue al tercer día con su familia. A veces nos íbamos los tres a la playa y otras veces a la casa de Juan. Cuando mi esposo se mejoró de sus piernas como al quinto día, comenzó a ir a la playa pero sin quitarse un pantalón muy liviano que lo protegía del sol. Para poder estar con mis amigos le decía que me iba a caminar y él se quedaba leyendo un libro bajo la sombrilla, cosa que le encanta hacer, cuidando las cosas y esperando a que volviera. Yo regresaba luego de un par de horas o más, de la zona de pesca o de la casa de Juan y recogíamos las cosas para irnos a la cabaña. Juan tenía muchos amigos, algunos casados y otros separados. Me invitó un par de veces a comer pizas con ellos, pero yo no acepté porque le conocía las intenciones. Seguramente me iba a querer hacer participar de un gangbang con todos sus amigos, pero yo no estaba convencida para hacer eso, al menos gratis. Solamente acepté quedarme una tarde que fui a su casa, él estaba con nuestro amigo y otros dos más. Yo sola contra cuatro fue un desafío temerario que me motivó fuertemente. Qué manera de coger ese día. En el cómodo sofá de la casa todo era mucho más placentero y por lo tanto mi goce fue inolvidable. Que maravilloso día, ...