Paola Cap I. Infiel por Venganza
Fecha: 31/07/2018,
Categorías:
Infidelidad
Autor: dantestr, Fuente: RelatosEróticos
... súplicas masculinas y arañazos femeninos. Hasta que las ingeniosas ocurrencias de Juan Carlos hicieron que Paola saliera y le diera un par de besos de paz. ―Uf, guárdate para más tarde, querida, que las reconciliaciones en la cama son las mejores ―dijo Juan Carlos. Terminaron de alistarse para la gran noche que se avecinaba. *** Don Julio estaba regando su jardín. Era un poco tarde para eso, pero había tomado la costumbre desde hacía algún tiempo, pues a esa hora, ya oscuro, era más probable ver a la preciosidad que tenía por vecina. Así que mientras manguereaba sus escasas plantas y flores no dejaba de vigilar las iluminadas ventanas de la casa de al lado. Era un hombre algo obeso y ya mayor, estaba jubilado y vivía solo desde su divorcio. Siempre había tenido roces con su vecino, precisamente por el descaro con que miraba a su joven esposa. Era tal el nivel de intolerancia del marido, que nunca había cruzado palabra con su despampanante mujer. Sólo por otros vecinos sabía que se llamaba Paola; hasta el nombre lo excitaba. Esa noche estaba especialmente caliente, y ansiaba fervientemente ver algo que le inspirara una buena paja antes de dormir. De improviso vio salir a la joven pareja, y supo que tendría material de sobra para su solitaria sesión erótica. Si al natural su vecina era una belleza, enfundada en aquel ajustado vestido se había convertido en una diosa. La pareja caminó por su propio jardín hacia el auto, hasta cruzar frente a don Julio. Como era su costumbre, el ...
... viejo admiró a la escultural mujer que pasaba a unos metros de él, sin importarle que estuviera acompañada. Sin embargo, esta vez no pudo reprimir un resoplido al verla tan espléndida a la luz de los faroles, y eso colmó la paciencia de Juan Carlos. ―¡Tenga más respeto, hombre! ―le soltó al pasar. ―Tranquilo, vecino, tómelo como un cumplido ―dijo tranquilamente el viejo, sin dejar de regar sus plantas. Don Julio era mañoso, pero bastante inteligente; nunca perdía la calma, y cuando hablaba lo hacía con sagacidad. Sabía que los arranques de rabia de su vecino ante su inalterable pasividad no hacían más que demostrar su dominio de la situación. Admirar descaradamente a Paola en las narices de su marido era una complicada estrategia en la mente del viejo. Quería que su vecina se sintiera desprotegida, que percibiera la debilidad en la ira de su marido, en contraste con la seguridad de un hombre de experiencia. Esperaba que su evidente superioridad hiciera mella en el instinto de hembra de la adorable joven. Las mujeres, por naturaleza, se sentían atraídas por el macho más fuerte, el macho alfa. Ese era el objetivo del viejo: que Paola “sintiera cosas” al ser admirada por un hombre más macho que su marido. En el fondo, sabía que no pasaba de ser una fantasía, pero disfrutaba imaginándose esas complicadas maquinaciones. Lo que no sabía era que su resoplido y la corta discusión con el marido habían estado muy cerca de cumplir su objetivo. Paola tuvo una sensación similar a la que ...