1. Paola Cap I. Infiel por Venganza


    Fecha: 31/07/2018, Categorías: Infidelidad Autor: dantestr, Fuente: RelatosEróticos

    ... envolviera el vestido. Le pidió que le diera una bolsa sin el logo de la tienda, que era obscenamente erótico, y abandonó el local rápidamente. Cuando llegó a su auto tiró la bolsa al asiento trasero, subió y golpeó con rabia el volante. “¡Maldito viejo caliente!”, exclamó para sí misma. “Le di el espectáculo de su vida, cómo se debe haber agarrado el paquete”. De pronto recordó su ocurrencia de sentirse heroína, y la invadió una tentación de risa. Se sentía casi violada; ese viejo había disfrutado de su cuerpo sin su consentimiento. Pero había sido ella la que se había ido a meter en la boca del lobo. Había ido al barrio San Esteban desobedeciendo a Juan Carlos, y por si fuera poco, había entrado en un sexshop para comprar un vestido. Poco a poco se fue dando cuenta de que lo que había pasado no era tan terrible, y que al final le había hecho un pequeño regalo a ese pobre viejo aprovechador. Al pensar que había sido víctima de un degenerado (y seguramente la mejor presa de su vida), se sintió en extremo deseada, y la recorrió un ligero escalofrió al recordar cómo se veía con el vestido rojo. Sacó de la bolsa la tarjeta que le había dado el viejo; figuraban el nombre de la tienda, la dirección y el teléfono. Sonrió, y la guardó en el bolsillo secreto de su cartera. *** Paola seguía admirándose ante al espejo de su dormitorio. Lucia un bronceado increíble, el peluquero había hecho maravillas con su hermoso cabello, sabía que sus delicadas sandalias de taco alto hacían un ...
    ... juego perfecto con ese vestido morado adquirido hacía una semana en tan curiosas circunstancias, y se sentía la mujer más enamorada del mundo. Recordó lo que le había ocurrido en el barrio San Esteban. Extrañamente, aunque al principio la sensación de exponerse le había incomodado mucho, ahora le parecía placentera. Se había convencido de que ella no tenía responsabilidad alguna en lo sucedido. No tenía la culpa de haber caído en la trampa de un viejo sin escrúpulos. Además, era obvio que nunca se habría mostrado semidesnuda ante otro hombre que no fuera su esposo. ―¿Estás lista? ―preguntó Juan Carlos, entrando en la habitación. Cuando vio a su mujer la miró asombrado―. ¡Guauu…! Te ves preciosa, hoy seré la envidia de la fiesta. ―Siempre eres la envidia de la fiesta, cariño, por lo menos para los hombres; para las mujeres soy yo ―dijo Paola, coqueta. Sabía que su marido era muy atractivo. Él también lo sabía, y eso duplicaba su arrogancia. Más de una vez había hecho comentarios que a Paola la hacían pensar que estaba seguro de poder llevarse a la cama a cualquier mujer, incluso a las de sus amigos. Eso a ella no le hacía ninguna gracia, pues, al igual que él, era bastante celosa. ―¿Qué harás si tus compañeros de trabajo me miran demasiado? ―preguntó, en tono juguetón. En realidad, quería saber qué le parecería a Juan Carlos ver a su mujer sobreexpuesta. ―Que miren todo lo que quieran ―y se acercó a ella―. Yo más tarde haré mucho más que mirar ―le susurro al oído, y la besó ...
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