Los casos de Berenice Vineyards (vol. 2)
Fecha: 24/09/2017,
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Anal
Autor: juliomarkov, Fuente: CuentoRelatos
... desaparición de su esposo, se transformó súbitamente en cara de puta arrebatada, y así ambos cayeron en el más candente ritual de sexo mañanero. Ella se entregó a la verga de su hijo y ya no volvió a pensar en su marido. Terminaron cogiendo hasta media mañana. Una vez extinguida la llama de la lujuria, la angustia ganó terreno nuevamente en el sentir de Velma. Su esposo llevaba 24 horas desaparecido. ¿Podía ser que aquellos irrisorios rumores fueran ciertos? ¿Estaría Robert en peligro? Lo primero que se le ocurrió a Velma fue llamar a su amiga Berenice Vineyards para ponerla al tanto de lo ocurrido. Ésta inmediatamente transformó en propia la preocupación de su camarada y abordó urgente el primer vuelo a Hawái. Al llegar, sin perder un segundo, tomó contacto con la policía local con el fin de investigar la desaparición de Robert. Esa misma noche se montó un operativo en el club nocturno. La propia agente Vineyards ofició de carnada participando en el concurso de rodeo. Mientras un buen número de oficiales de policía encubiertos vigilaban el lugar, Vineyards subió al toro mecánico como la última de las concursantes de la noche; y no fue casualidad que vistiera un sensual vestido con una pollerita que apenas le bajaba la cola, ni que debajo de éste usara una minúscula tanga bien enterrada en el culo: había que garantizar la tentación. La escueta pollerita de la agente se levantó hasta su cintura con la primera sacudida y allí se quedó; su tremenda cola quedó a la vista de ...
... todos durante toda la jineteada. La forma en que las férreas nalgas de la petisa rebotaban una y otra vez contra el toro provocó la erección de los presentes (perdón, “la ovación de los presentes”). El metálico animal corcoveó con furia, pero la rubia no cayó. Al finalizar la noche, y ya con Vineyards ostentando la corona de vencedora, dos hombres la abordaron en el estacionamiento del pub, pero fueron rápidamente reducidos por los policías apostados en el lugar. Los sujetos, notoriamente alcoholizados, declararon que sólo querían felicitar a la heroína rubia por el triunfo y manifestarle admiración por su belleza. No se encontró ninguna pista que los incriminara con la desaparición de Robert ni con las misteriosas leyendas que éste investigaba durante su desaparición. Velma y Paul regresaron al hotel con la idea de descansar un poco antes de proseguir con la búsqueda. Una vez allí, la agente comenzó a llorar desconsoladamente por su esposo, y su hijo se dispuso a consolarla. La consoló una y otra vez. Los actos de consolación ocurrieron en todas partes: en la cama, en el sofá, en el baño, en el balcón. La matraca que el muchacho le dio a su madre no tiene nombre. En el balcón la atragantó con la pija e hizo que ella le tomara toda la leche, en el baño la acorraló contra el lavabo y le reventó el culo a pijazos mientras la tomaba fuertemente de sus ostentosos rulos rubio-cobrizos. Era increíble la velocidad con que Velma cambiaba su ánimo, pasando de la angustia provocada por la ...