1. Los casos de Berenice Vineyards (vol. 2)


    Fecha: 24/09/2017, Categorías: Otras Categorías, Anal Autor: juliomarkov, Fuente: CuentoRelatos

    ... arribó a Dallas y conoció a las chicas, lo que no hizo más que aumentar su malestar. Vineyards calificó a sus protegidas como personas totalmente superficiales, frívolas, egocéntricas, vanidosas, malvadas e histéricas. Ante la infundada custodia, la agente se sentía como niñera de dos niñas ricas malcriadas, lo que significaba una aberrante pérdida de tiempo. Para colmo de disgusto de Vineyards, las chicas la interpretaron como una empleada más, y así la trataron. La agente las tuvo que acompañar, junto con los guardaespaldas, en sus pavoneos diurnos de shopping y en una fiesta privada que se realizó en la noche previa del gran acontecimiento en la mansión de uno de sus organizadores. Dicha fiesta fue un delicioso descontrol. En algún momento Berenice perdió de vista a las hermanas. Buscó por el amplio salón hasta que alguien le señaló una de las habitaciones en la planta alta. Mientras subía las escaleras tenía sentimientos encontrados: por un lado estaba preocupada por el destino de sus protegidas, por otro lado pensaba que quizá no estaría mal que las chiquillas consentidas recibieran una lección. Al acercarse a la puerta de la habitación señalada sintió murmullos que luego le parecieron risitas y que más tarde confirmó como gemidos. Había encontrado a sus custodiadas. Sin ser advertida, pudo observar como Luciana Gambardella era brutalmente enculada por uno de sus guardaespaldas –es más corpulento de ellos– mientras Sophia los miraba y se masturbaba frenéticamente. La ...
    ... coloradita estaba hermosa en cuatro patas. Su culo blanco era tan perfecto como sus piernas y comía pija con un hambre voraz. Sin embargo, Vineyards notó una particularidad que contrastaba con la aparente estética impoluta de la chica: tenía el orto bien peludo. El guardaespaldas serruchaba con dureza sacando chispas del roce de su enorme miembro contra los pelos del orto de Luciana. Después cambiaron roles y entonces fue la hermana menor la que recibió carne por popa –popa tan peluda como la de su hermana–. Berenice se excitó demasiado. Su deseo comenzó a lubricar; sus manos se fueron bajo la ropa hacia su entrepierna y sus dedos restregaron su clítoris a gran velocidad. Fueron largos minutos de pasión voyerista hasta que los espiados acabaron con la acción, momento en el cual las hermanitas se vistieron y volvieron a la fiesta sin advertir la presencia de la agente. Berenice ingresó en la habitación, donde todavía estaba el guardaespaldas a medio vestir y todavía con una erección de caballo, como si no le hubiese sido suficiente la batalla contra los ortos de las Gambardella. La agente abrió sus enormes ojos azules y los clavó en ese terrible falo. En ese momento, como solía ocurrirle cuando veía una buena pija o cuando le manoseaban mucho las nalgas, comenzó a sentir fuertes contracciones en el ojete; y cuando el culito le empezaba a titilar, ella sabía que estaba pronta para recibir leche por detrás. Sin embargo, la agente amaba a su marido y creía en la fidelidad, así que ...
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