Los casos de Berenice Vineyards (vol. 2)
Fecha: 24/09/2017,
Categorías:
Otras Categorías,
Anal
Autor: juliomarkov, Fuente: CuentoRelatos
... investigar un poco. Creo que está obsesionado con esos misteriosos secuestros. –¡Ahh, qué estupidez! Bueno… déjalo que se entretenga, así tenemos más tiempo para nosotros. Velma le pidió a su hijo que le pasara bronceador en la espalda y éste lo hizo en forma lenta mientras la contemplaba enteramente; sintió que no la miraba como madre, sino como mujer; sintió celos de su padre. Durante el resto del día no tuvieron noticias de Robert, pero no repararon en ese detalle. Anduvieron de aquí para allá: visitando lugares de interés, haciendo compras, abrazados como novios por las calles de Honolulu. Llegada la noche salieron a divertirse. Velma estaba radiante. Estrenaba un sensual vestidito negro que se había comprado ese día. Era bien ceñido a su cuerpo y muy cortito. A ella le pareció algo atrevido, pero Paul la convenció de comprarlo. Él no escatimaba piropos para su madre: –¡Estás hermosa mamá! Ella le agradecía y lo miraba completamente embobada. Esa noche se mimaron como nunca. Pasaron tan bien que ni se acordaron de Robert, a quien no habían visto en todo el día. Cerca de la medianoche retornaron al hotel, en donde la euforia los condujo a beber unas últimas copas de vino, que derivaron en un sinfín de mimos que pronto se transformaron en manoseo candente. Hasta que el choque de labios y el entrelazamiento de lenguas se hizo inevitable. Hasta que Paul puso a su madre en cuatro sobre el sofá y la despojó de su sexi vestido para descubrir su cuerpo desnudo. El joven ...
... contempló con admiración el apetitoso culo en pompa de Velma, tan sólo adornado por una pequeñísima tanguita negra que el ardiente muchacho arrancó para enterrarle la pija hasta el fondo. La noche de pasión se hizo larga. El miembro de Paul taladró el culazo de su madre como lo haría la más potente de las herramientas percutoras. Si Robert hubiera llegado en esos momentos hubiera escuchado claramente, desde el pasillo del hotel, el escándalo provocado por los gritos de placer de su esposa, sumado al galopante sonido producto del choque de las nalgas de la arrecha hembra contra el bajo vientre de su vigoroso hijo. A la ardiente parejita no pareció importarle esta posibilidad; ambos siguieron dándose bomba en un trance desenfrenado. Esa noche Paul le hizo el amor a su madre como nadie antes se lo había hecho. Le serruchó el culo hasta dejarla extasiada; exhausta de tanto placer. Amanecieron abrazados como perfectos amantes. Velma, todavía embadurnada en leche, despertó a su hijo inquieta por la extraña ausencia de su esposo: –Bebé, estoy preocupada por tu padre, ¿dónde estará? –Tranquila mamá, estará entretenido con la investigación. Te voy a dar algo para que te olvides de él por un buen rato. Entonces Paul le exhibió su tremenda pija, dura como un fierro, venosa y palpitante. Ella la observó asombrada: ¿cómo podía tenerla tan dura después de una verdadera maratón de sexo? Inmediatamente sufrió un cambio radical en su rostro: la que antes había sido cara de preocupación por la ...