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Los casos de Berenice Vineyards (vol. 2)
Fecha: 24/09/2017, Categorías: Otras Categorías, Anal Autor: juliomarkov, Fuente: CuentoRelatos
... llegó a la oficina y entró sin golpear. No encontró a nadie allí, pero un sonido rítmico lo condujo por un estrecho pasillo hacia la famosa salita trasera. Era como un traqueteo que se iba haciendo más fuerte conforme se acercaba. Cuando asomó tímidamente su cabeza para observar lo que ocurría en el interior de la salita casi se desmaya de asombro. El traqueteo que escuchaba era el de la cama sobre la que se encontraba su compañera desnuda, con la tirita de la tanga trancada en el cachete izquierdo del orto, saltando salvajemente sobre la pija del apuesto detective. La rubia rebotaba con gran velocidad y con la elegancia de una diosa. El potente miembro de Brown aparecía un instante y luego se volvía a perder completamente en el culo de la agente. Era evidente que Vineyards había decidido hacer la reconstrucción completa de la escena, pero reconstrucción era lo que iba a necesitar su pulsante ojete después de los tremendos pijazos que le estaba metiendo el detective. La rubia aulló de ...
... placer al mismo tiempo que su cuerpo se convulsionaba ferozmente en el arribo de un majestuoso orgasmo. Valley se excitó tanto que –allí nomás– sacó su verga y se hizo tremenda paja. Es que ver a su jefa, dueña absoluta de sus más grandes fantasías, cogiendo de esa manera clandestina, superaba los límites de su propia imaginación. No necesitó más de tres jaladas para que su verga lanzara un gran chorro con el que dejó estampada su viscosa firma en la pared del corredor. Luego salió de la oficina en puntas de pie para evitar ser advertido y golpeó la puerta como si recién hubiese llegado. Un minuto después apareció Berenice; estaba un poco desalineada, se notaba que se había vestido a las apuradas. –¿Todo en orden? ¿Pudiste hacer la reconstrucción de los hechos? –preguntó Valley. –Sí, todo en orden –dijo la rubia mientras reacomodaba su peinado. –¿Dónde está Brown? –Durmiendo la siesta… ya podemos irnos. Una vez más Vineyards retornaba a casa con un caso resuelto, y mansa como cordero afiebrado.