La Zorra Elfa - Relatos Eróticos

La Zorra Elfa

... que hiciera este proceso?

–¿Qué supondría?–pregunté.

–Tendrás cambios permanentes de personalidad, pero te entrenaré para no estar a la merced de nadie. Si permites que esa personalidad que han metido en tu cabecita se desarrolle y nazca, quien sabe como podría evolucionar.

–Si pudieras volver atrás, que habrías hecho.

–En ocasiones me hubiera gustado no tener a la otra, pero me ha socorrido en ocasiones. Tú decides, necesitarás entrenamiento de todas formas.

–No quiero compartir mi cabeza con nadie más.

–Desnudate, esclava.

–Ama, no te deshagas de mí.–dijo algo con mi voz, ya no me sentía en control con mi cuerpo.

–La dueña de tu cuerpo no quiere compartir.–acarició mi rostro.–Y la entiendo.

–Pero, si nos vamos a divertir, ama.–dijo esa voz–Ya, pero es ella la que…

Lo que controlaba mi cuerpo comenzó a masturbar a Orestia. Ella se mordió el labio y se dejó tocar por ella. Cerró los ojos y la besó.

–Imagino que la otra es la que tiene la polla, déjala salir, ama.

El rostro de Orestia cambió, la poseyó una lujuria dominante. Arrinconó mi cuerpo, y me besó. Ella tocó mis enormes pechos. En mi mano tomé su miembro que empecé a masturbar. Mi mente se llenó de escenas sexuales, de un deseo de mamar esa polla. Me agaché, sin saber muy bien cuál de las dos identidades quería mamar su miembro y abrí mi boca para tragar toda su polla, que me llegaba hasta la garganta. Mi mente era un caos, y lo único que me daba claridad era someterme a ella. ...

... Mientras su polla entraba y salía de mi boca, ella levantó mi camiseta para revelar mis pechos. Pude por fin pensar libremente mientras llenaba mi boca con su polla, y me di cuenta que ahora estaba atada a Orestia, la otra personalidad creada por la sacerdotisa había declarado su dueña. Era una esclava y ella tenía dueña.

–Orestia puede eliminar a tu personalidad, y anular el hechizo, pero dejará secuelas permanentes. O puede dejarla, con el tiempo dejará de ser un hechizo y se convertirá de forma legítima en otra personalidad. Pero es difícil para nosotras hacer algo así. Chupa, así así, levanta un dedo si eres Enya, o levanta dos si eres la personalidad esclava.–levanté un dedo mientras su polla estaba en mi boca.–No sé para qué querían crearle otra personalidad a alguien como tú si ya eres una zorra.

Miré a Orestia mientras seguía chupando. Sentía una extraña devoción hacia ella. La mamada continuó hasta que eyaculó en mi boca. Ella puso su mano en mi cabeza, sentí como hurgaba en mi cabeza.

–¿Qué me estás haciendo?–pregunté

–Es una sorpresa. No quiero que lo descubras así como así.

–Y ahora levántate y desnúdate, Enya.

Era mucho más fácil pedirle a la otra personalidad que se desnudara. Quería verme obedecer, a las dos. Obedecí algo feliz por hacerlo. La verdad es que ya no entendía nada, no sé qué parte de mí aún era mía y no de esa otra personalidad. Su veteranía y su experiencia anulaban cualquier posibilidad de salir de ahí. Se asegurará de que me ...