1. mi esposa me engañaba


    Fecha: 24/04/2018, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... ella, de furia que tenía, le empezó a hablar y luego de unos minutos, ya estaban entrando en confianza. Él la invitó a bailar y ella aceptó. En aquel bullicio y alboroto de cuerpos contoneándose con la música estridente, no muchos se daban cuenta de cómo estaban vestidos los demás, pero mi mujer se veía exuberante con las tetas libres en aquella blusa que casi los dejaba al aire y el muchacho la estaba disfrutando y comiéndoselos con los ojos. Cuando llego la música tranquila, ella quiso seguir bailando, el muchacho por supuesto no se negó y cuando sonó la segunda canción, ya le tenía las manos en las nalgas y trataba de quitarle el calzón, pero ella se oponía no con mucha resistencia, sino más bien como jugando con el chico. Poco a poco la llevo hasta la parte más oscura del salón. Donde había una pequeña baranda de madera, que les cortó el paso. Ella se atrancó en la baranda, mientras el muchacho le bajaba el calzón a las rodillas. Cuando el calzón estuvo en las rodillas de mi mujer, ella misma se lo termino de sacar y lo guardo en su bolso al regresar a la mesa. El muchacho, empezó a agarrar confianza y se sentó muy pegado a mi esposa y principió a acariciarle las piernas. Ella por su parte, se dejaba hacer sin ningún reparo lo que el muchacho quería. La música sonaba otra vez como batallón de tanques en plena batalla y el joven ya le tenía la mano metida entre las piernas. Con mi celular quise sacarle algunas fotos, pues se veía tan sexi con las piernas abiertas y el ...
    ... muchacho metiéndole la mano, pero salieron muy borrosas. Todavía guardo unas de ellas en una usb, aunque la verdad no se puede ver muy bien lo que quería captar. Yo veía a mi mujer y estaba observando su rostro. Tenía esa cara que pone, cuando ya casi está por llegar al orgasmo, los ojos entreabiertos, la boca enseñando los dientes y con la lengua tocándose el labio superior. De pronto, apartó al muchacho y cerro las piernas, se levanto y jaló a su pareja de baile a la pista. La música moderna me desagrada un poco, pues no entiendo nada de ella. Solo se oyen tambores y ritmos, que al parecer enloquecen la mente de la gente que la baila. El joven llevo a mi esposa hasta la baranda que estaba en lo más oscuro del salón y ella se puso de espaldas y le ponía las nalgas frente a él. Él por su parte se pegaba a ella y le subía de a poco aquella pequeña falda que me encantaba, pues dejaba verle las piernas y le daban un toque muy sensual. Vi como aquel muchacho la agarraba de la cintura y en círculos, movía su cintura contra las nalgas de mi esposa. Se bajó la bragueta y mientras bailaban en aquella semi oscuridad, se sacó el pene y se lo metió de un solo. Ella se sostuvo de la baranda con ambas manos, como quien se sostiene de algo cuando siente que se va a caer. La música seguía y el cuate ya tenía a mi mujer bien ensartada y parecía que ya no les importaba nada. Sus movimientos que hasta hacia poco eran acompasados a la música, ya no les importaba el compás ni el ritmo y se producían ...
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