Caso sin sitular LX: resaca del año nuevo chino - Relatos Eróticos

Caso sin sitular LX: resaca del año nuevo chino

... erección.

No era tan grande como las de su novio o los ejecutivos, pero todavía era bastante gruesa y tenía una consistencia que... que...

Tomándola por las caderas, se fusionó con ella, metiéndole sin preludios la palpitante masa viril, ante cuyo volumen su vagina tuvo que adaptarse, casi haciéndole sentir que, por momentos, la partía en dos mientras avanzaba y se movía por su empapado interior.

Los dos orgasmos hicieron que la lubricación, tanto de su vagina como de su vulva, fuera tan abundante que el viejo conductor no tuvo problema alguno en metérsela por completo, hasta que sus peludos huevos colgantes chocaron con un sonido húmedo y vicioso contra la hinchada y cálida superficie de su coño.

En ese momento, mientras lo jaleaban los ejecutivos, el hombre comenzó a bombear, perforándola una y otra vez, hundiendo con fuerza todo ese tronco fálico hinchado y caliente bien adentro suyo, deslizándolo a lo largo de toda su vagina hasta rozar con la punta de su glande la pared de su útero una y otra y otra vez.

Bufando como un toro, el conductor la empitonaba una y otra y otra vez, clavándole profundamente su endurecidísima polla hasta lo más profundo de su sexo, una vez y otra y otra más, golpeando el exterior de su vulva con sus colgantes huevos e intentando, con escaso éxito, besarla en los labios mientras la penetraba con furiosas embestidas.

- No... no... por favor... no... por favor... no aguanto... no... no quiero... no... -imploraba la joven, hablando ...

... a ratos sin sentido, sin saber muy bien cómo detener aquello.

- Ni caso -decía, desde delante, Isidoro-. La muy furcia se ha tragado dos pollas con ganas y no ha dejado ni gota, imagínate lo guarra que es la golfa.

- Entra fácil, ¿verdad? -se sumó José Manuel-. Está tan mojada porque se ha corrido dos veces la muy cerda... tú jódela, que en el fondo le encanta... no lo reconoce porque es una pija clasista, no porque no esté más mojada y salida que el pico de una mesa, la muy zorra...

- Uffff... ufffff... sí que está mojada la puta... uffff... uffffff... qué gooooozada... ufffff... hacía años que no gozaba así... uffff... ufffff... qué cacho puta... uffffff... -bufaba el taxista jubilado, clavándole con dureza una y otra vez su hinchadísima y palpitante polla, cada vez más y más adentro, impactando cada vez más y más fuerte contra la pared de su útero, que se abombaba bajo la presión del martilleo de la globosa cabeza del glande que coronaba esa esforzada barra de durísima carne que no paraba de entrar y salir... salir y entrar... una y otra y otra vez...

- Venga, dale duro... jode a esa puta zorra... reviéntala...-escuchó que decían, mezclando sus voces ambos ejecutivos, animando al esforzado conductor que no paraba de clavársela, metiendo y sacando sin parar, una y otra vez su palpitante y durísima polla bien dentro de la veinteañera, deslizando adentro y afuera, cada vez más y más adentro, hasta golpear furioso con su glande contra el útero de Alina, una vez y ...