Caso sin sitular LX: resaca del año nuevo chino
Fecha: 29/08/2025,
Categorías:
No Consentido
Autor: AcechadorLD, Fuente: TodoRelatos
... Menuda juerga nos ha dado la muy zorra -comentó, en tono festivo, el mayor de los hombres de la empresa en que trabajaba la chica.
- Ya te dije que en los lavabos se comentaba que no sólo tiene un cuerpazo y una voz que la pone dura, sino que es una chupapollas de primera -recordó quien era uno de los máximos responsables del proyecto en que participaba.
Alina se abstuvo de decir nada, concentrándose en recuperar el aliento, todavía tendida de costado, con la hinchada polla del último violador de su boca todavía pegada a su rostro y la mano del otro maduro rozando y acariciando su desnudo sexo.
Todavía no se podía creer lo que le había pasado y, sobre todo, que hubieran sido precisamente esos dos hombres, de quienes menos habría sospechado jamás que sintieran esa pulsión sexual y, especialmente, con ella.
Y todavía no sabía en qué podía terminar eso o cómo le afectaría en un futuro, o si...
- ¿Qué hay de lo mío? -preguntó el conductor, sacudiendo el ambiente que parecía haberse instalado en el vehículo después de lo sucedido.
- No vamos a darte más dinero -afirmó, tras unos segundos de reflexión, Isidoro, haciendo que la tensión aumentase de golpe, pero, antes de que el taxista jubilado dijese nada, siguió-. Pero puedes follártela.
- ¿Qué... cómo... de verdad? -el viejo quedó anonadado, totalmente sorprendido por el ofrecimiento.
- Sí. La puta está caliente y necesita que alguien termine de darle lo que necesita -confirmó el ejecutivo.
- Venga, ...
... es toda tuya -abundó José Manuel.
- No tengo condón -recordó en ese momento el conductor, con rostro compungido.
- ¿Y?. Pues a pelo. Una zorra como esta lo que necesita es sentir bien dentro la leche -se posicionó el mayor de los ejecutivos.
- Es una puta niña pija... una golfa... ¿no te parece que es mejor follártela que otros doscientos euros? -remarcó el jefe de proyecto, tapándole la boca a la joven cuando ésta quiso intervenir y negarse.
- Voy -se animó el taxista jubilado, que se había encontrado con la mejor carrera en años gracias a hacerle esa noche el favor a su hijo.
Ni corto ni perezoso, pese a que no estaba precisamente en forma, con una barriga cervecera y con una calvicie enmarcada por una mata de cabellos canosos que bordeaba su cabeza a media altura, Herminio salió de la parte de delante para meterse detrás, a la vez que los dos ejecutivos salían, pasando adelante, desde donde podían ver la escena sin pasar frío.
Alina estaba en shock y no intentó siquiera escapar, algo que no podía achacarle ya a ningún rastro de somnolencia y ni siquiera a la borrachera que todavía le pesaba y atontaba.
Era todo lo vivido y ese primitivo comportamiento, que la sorprendían, y, además, había algo más, algo a lo que todavía no podía poner nombre, algo que.. todo eso y más se convirtieron en unas cadenas invisibles que no le permitieron escapar al frío exterior.
Cuando quiso darse cuenta, lo tenía encima, con el pantalón por las rodillas y una tremenda ...