Caso sin sitular LX: resaca del año nuevo chino - Relatos Eróticos

Caso sin sitular LX: resaca del año nuevo chino

Ante el Doctor se presenta un caso que involucra a una atractiva joven, empleada de una multinacional, que vivió una traumática experiencia en los días previos a San Valentín.

Preludio de San Valentín o la resaca de la cena de empresa por el Año Nuevo Chino

Alina estaba fastidiada por perderse la clase de yoga, pero no quedaba otra.

En condiciones normales, no acudiría a una clase de yoga en fin de semana, pero coincidía que el profesor iba a viajar a Italia para acudir a un Congreso internacional y les había ofrecido la opción de dar una sesión extra el sábado.

En principio, iba a ir, puesto que le daba tiempo de sobra para, a continuación, regresar a casa, cambiarse e ir a una fiesta con su grupo de amigas, dado que su chico tenía sus propios planes con su padre y su abuelo, pues todos eran hinchas de siempre del mismo equipo de fútbol y habían conseguido entradas para acudir a verlo en un partido en otra ciudad con el que, quizás, podrían dar un golpe en la mesa de la clasificación de la Liga.

El fútbol no le atraía en absoluto, salvo, quizás, algún partido de la Selección, pero poco más.

Lo malo fue que, cuando ya lo tenía todo preparado, de repente su jefe le comunica que ha llegado por sorpresa una delegación de una de las empresas con quienes están asociados en un proyecto de gran envergadura en el gigante asiático y que es indispensable que todos los que participan en el proyecto acudan a una cena con la que ayudar a impulsar el esfuerzo de varios ...

... años... así que le chafó los planes.

Conociendo la mentalidad asiática, reconocía la importancia de ese tipo de reuniones y gestos, así que, por mucho que le molestase, especialmente por quitarle su tiempo libre y que ya imaginaba que luego no repercutiría de ninguna forma a nivel económico, pues accedió.

También era verdad que, a largo plazo, el ceder en esos temas y mostrarse participativa e implicada era algo que un amigo le había contado que luego se tenía en cuenta a la hora de futuros ascensos o nuevos proyectos de más importancia, así que por ese lado lo llegó a ver como una posible oportunidad.

Al fin y al cabo, ya no era una estudiante sin preocupaciones que podía irse de fiesta casi todos los fines de semana y punto, sino que ahora, a sus veintisiete años, tenía que considerar muchas cosas y demostrar una responsabilidad.

Se vistió para la ocasión con un vestido no demasiado atrevido, aunque dejaba una generosa visión de sus largas y bien formadas piernas, pero sin un escote que le hubiera podido generar momentos incómodos... no por parte de los asiáticos, quienes, al menos en apariencia, siempre se comportaban de una forma extremadamente educada, pero sí con algún compañero, a quienes casi todas las mujeres de la empresa conocían bien por sobrepasar en algunas ocasiones los límites de conducta entre compañeros.

De todas formas, quienes más los sufrían eran las becarias, que no tenían otro remedio que aguantar a algunos de esos hombres maduros que, de ...