No sabía qué era esa humedad - Relatos Eróticos

No sabía qué era esa humedad

... con papel.

Salí del baño y mi tía ya estaba en la sala.

“En qué momento regresó que no la sentí… ¡qué bien! trajo chocolates”.

—Y entonces… ¿qué has podido ver? —Me preguntó. Te noto algo tensa —¿Te sientes bien?

—Ven, siéntate, toma un chocolate.

—Tía, lo que pasa es que me da pena. Pensé que me había llegado la regla, pero me pasó lo que te conté de la otra noche. Cuando fui al baño a revisarme vi que era mucho líquido y no sé si eso es normal.

—Déjame echarle un ojo, dijo. Relájate… están ricos los chocolates, verdad.

—¡Ajá!, pero qué hago, pregunté.

—Solo quédate tranquila. Lo primero que haré es revisar si se trata de lo que me explicaste. Es muy importante saber si el olor ahí es natural, por eso debo acercarme. Confía en mí, vale.

Mientras seguía viendo la película y me metía un segundo chocolate a la boca, sentí como mi tía se sentaba en el suelo y me pedía que separara las piernas para revisarme. Así lo hice y ella con sus manos me abrió un poquito más para poder acercar su cabeza a donde estaba mi humedad.

Apenas sentí sus cabellos rozando mis muslos, una descarga eléctrica mi invadió y sentí que me humedecía más, pero no dije nada.

Mi tía empezó a olerme, dejaba que su nariz me rozara las piernas por dentro y así iba subiendo por mis muslos hasta que se detuvo frente a mi cosita. Me dio un besito en el pliegue de la panti.

Sin querer se me salió un gemido. Ella pareció no escucharme.

—Mi niña, lo poco que he olido de tus ...

... piernas, están bien. No me he acercado mucho a tu cosita porque te siento un ligero temblor y no sé si deba continuar… ¿o prefieres que me detenga?

—Tía, si a ti te parece bien y no te molesta, revísame para saber si es normal esa humedad…

Parecía que esperaba esa respuesta porque se concentró otra vez en mi intimidad. Me besó de nuevo en el muslo, muy cerca de mi ropa interior y entonces me tocó con sus dedos sobre la tela.

—Mira mis dedos, Emily. Estás empapada. Eso es muy buen síntoma. Significa que estás bien y que eres toda una mujer.

—Voy a acercarme más, dijo.

Entonces sentí un escalofrío que me recorrió desde las nalgas hasta el cuello. Sentí su nariz pegada a mi panti húmeda. Pareciera que quería oler toda la extensión de mi cosita porque subió y bajó varias veces con su nariz hasta que con un dedo separó mi ropa interior que estaba pegada a mi piel y la deslizó a un lado, dejando al descubierto mi sexo.

La curiosidad me ganó y dejé de ver la película para mirar lo que hacía mi tía. Estaba concentrada frente a mi cuquita. Así la llamamos por acá. Me dio otro beso, pero esta vez fue en mi pequeña montañita de vellos castaños. Su aliento cálido fue otra descarga de hormigas en mi cuerpo que no paraban de desfilar y hacerme retorcer.

Pensé que me iba a decir algo cuando bajó su nariz y la dejó deslizarse por mi humedad. No sé cuántas veces lo hizo. Casualmente en la película, la colegiala probaba con su lengua y con su boca la vagina rosada de su ...