No sabía qué era esa humedad
Fecha: 18/08/2025,
Categorías:
Incesto
Autor: Damelys, Fuente: TodoRelatos
... papá. Vive con su marido desde hace unos tres años y manejan una pequeña bodega en el garaje de su casa que los fines de semana está atestada de viejos bebiendo cerveza. Todavía no tienen hijos.
Salí del colegio al mediodía y pasé por el negocio de Xiomara. Estaba atendiendo a un par de clientas que compraban verduras, seguramente para el almuerzo que ya estaba tarde.
—¡Hola, Emily! Ya te atiendo—me saludó, mientras yo veía los chocolates del mostrador.
Mi tía les entregó los paquetes a las clientes y salió. Nos sentamos en una de las bancas que estaban a la entrada de la bodega. No había nadie cerca.
—Mi niña, eso que sentiste es lo más normal del mundo y vas a empezar a experimentar cualquier cantidad de cositas ricas allá abajo, —me dijo, señalándome con sus ojos y una sonrisa pícara donde reposaban mis manos cruzadas. Y si el pendejo de tu novio sabe tratarte como se debe, sentirás muchísimo más en todo tu cuerpo.
Mi tía, después de explicarme que esas sensaciones se multiplicarían con el tiempo y que apenas era el comienzo se me quedó mirando.
—Ehmm… mi niña, si quieres vente mañana a esta misma hora y hablamos con más calma y de paso te enseño algunos truquitos que te pudieran servir.
Me emocionó que mi tía se interesara por mí y quisiera sacarme de dudas. Nos dimos un abrazo y le dije que estaría sin falta mañana después del colegio.
Estaba impaciente porque sonara el timbre de la salida. No esperé a mis compañeras y llegué en un brinco a la ...
... bodega de mi tía. No había clientes y su marido, me dijo, había ido a la ciudad a comprar mercancía. Me extrañó un poco que cerrara el negocio.
—A esta hora casi nadie compra, me dijo. Además… ¿quieres que algún vecino sepa de tus intimidades?
—Tienes mucha razón tía. Se supone que es un secreto de las dos, le contesté.
Cuando entré a la casa el piso naranja brillaba y olía a canela, mi tía acababa de limpiar.
Xiomara se había bañado con champo de esencias frutales, podía percibirlo desde que llegué. Tenía puesta una licra negra que le contorneaba su enorme trasero. Nunca había reparado con detalle en su anatomía, pero debe ser bastante llamativa para los hombres. Imagino que por eso siempre hay tantos tipos los fines de semana bebiendo hasta tarde en el negocio. Menor atención había prestado hasta ese día a la forma abultada que se hacía en su entrepierna. Debe tener puesto algún protector o toalla diaria, pensé.
--Tú sabes, Emily… uhmmm… qué es el sexo, me preguntó Xiomara sentándose a mi lado. Pude sentir una ráfaga de vapor caliente que emanaba su cuerpo y que se transformaba en una fragancia que me recordaba a la cerveza.
--La verdad no tengo muchas referencias, respondí --solo lo que una vez me dijo mi mamá, de que con el sexo se hacían los hijos, pero más nada.
--Entiendo, respondió mi tía mirándome a los ojos como extrañada.
—Por aquí tengo unos videos educativos que sirven para explicarte mejor de qué se trata. ¿Te gustaría verlos? --preguntó. Me ...