No sabía qué era esa humedad
Fecha: 18/08/2025,
Categorías:
Incesto
Autor: Damelys, Fuente: TodoRelatos
... pareció que unas góticas de sudor se formaban en su frente.
Sacó de su cuarto un estuche negro, cuando lo abrió parecía un libro para guardar discos. Prendió el televisor de la sala y un cedé que estaba en las primeras hojas tenía escrito “las aventuras de lolita”. Fue el que escogió mi tía para educarme ese día.
—¡uf, qué calor hace!, voy a traer algo de la bodega para tomar y chuchear. Dale play, —me pidió mi tía.
Cuando la película comenzó vi que una mujer mayor pero muy atractiva regañaba a quien parecía ser su alumna o su hija. Después de que la pequeña le pidiera perdón por algo que hizo, la pelirroja que no pasaba de los cuarenta años la abrazó y la consoló. Sin embargo, la más pequeña en estatura y edad comenzó a besarle el cuello a su compañera más grande. La otra se rio y le dijo que estaba bien, que todo había pasado. Se iba a separar del abrazo cuando la colegiala le empezó a besar en la boca. Era mi primera vez viendo un beso con lengua. Y además, eran mujeres.
La que tenía cara de inocente, tomó de la mano a la pelirroja y la llevó hasta un dormitorio con una enorme cama de sábanas blancas. Hizo que su compañera se recostara sin mucha resistencia y volvió a besarle el cuello. Esta vez pasaba su lengua de arriba abajo y llegaba hasta la nuca donde se detenía y le besaba con ternura, después le decía cosas al oído y le mordisqueaba la oreja, mientras la otra se dejaba hacer con sus ojos cerrados.
Miré hacia la puerta del negocio por si mi tía ya ...
... venía. Solo alcancé a escuchar que buscaba algo en las vitrinas. “Ojalá traiga chocolatinas”, pensaba yo.
Volví a la película y la pelirroja tenía sus senos al aire. ¡que grandotas!, me dije. La colegiala le lamía los pezones y se los chupaba, saltando de uno a otro sin quitarle la mirada a su compañera.
De repente, mientras veía la escena sentí unas cosquillas muy fuertes en mi estomago que subían hasta mi pecho y como una electricidad que me recorría por los dedos. Mis manos estaban sudando y casi que podía oír las palpitaciones de mi corazón.
“…pero qué estará haciendo mi tía”.
La hija dejó de lamer los pezones y descendió con su lengua por todo el torso de su madre hasta el ombligo. Allí se estacionó con su boca y empezó a mordisquear y a dar pequeños besitos en la pancita de su compañera.
“Siento que me miran”.
La que tenía cara de inocente siguió bajando con su boca hasta que se detuvo y quitó la falda de su compañera. Pude ver que la braga blanca de encajes de la pelirroja tenía la misma humedad de la que le había hablado a mi tía.
De repente sentí mi vientre caliente, impaciente, como si una barca naufragaba dentro de mí y chocaba contra todas las paredes de mi estómago.
“uy, diosito, será que me llegó el periodo… ah, seguro me manché toda”.
Pausé la película y fui rápido al baño. No estaba manchada, era la misma agüita especita de la noche del beso. La vi mejor entre mis dedos y era transparente. Tenía mucha, muchísima. Me sequé un poquito ...