El arte de mi hijo - Relatos Eróticos

El arte de mi hijo

... fueran tan fáciles de manejar.

Caminé por el pasillo hasta el estudio y grité: "¡JAVI!" cuando doblé la esquina. Mi hijo estaba en el centro de la habitación con mi libreta de bocetos en la mano. Pasó las páginas de una a otra, es decir, las primeras tres páginas, devorando lo que había dibujado.

- "Eso es privado", dije mientras alcanzaba mi libreta. El la retiro rápidamente antes de que pudiera alcanzarla.

- “Al igual que los míos eran privados”, dijo.

Solamente pensaba en lo mucho más fácil que habría sido este fin de semana si él nunca hubiera dejado caer su libreta, si todas sus fantasías hubieran permanecido en privado.

- "¿Has pensado en lo que te dije el día hoy?" preguntó mientras sostenía mi libreta detrás de él, lejos de mi alcance. Para mi sorpresa, no había comenzando la conversación con mis bocetos.

- "No quiero hablar de ese tema."

- “Pero Mamá, TENEMOS que hablar de ese tema. Es importante. Importante para mí, para papá, y sé que es muy importante para ti. Tener un bebé es importante debido a la situación en el que papá nos metió. Sabes lo que sucederá si todo esto sale mal”.

- “Tu padre tomó una decisión equivocada al darle tanta importancia a esto. Lo admito, pero no hay nada que se pueda hacer al respecto.”

- “Pero, mamá, existe otro motivo por la que debemos tener un bebé. La razón más importante es que quieres y mereces otro hijo. Has querido uno durante todos estos años. Esta es tu oportunidad, la única oportunidad de hacer ...

... que eso suceda”.

- “No dejaré que juegues con mi deseo de tener un hijo, Javi. No es justo."

- “Podemos ver esto como un gran problema en el que papá nos metió, o como una gran oportunidad para obtener todo lo que ustedes dos quieren. Papá consigue su milagro, salva a la iglesia y nuestra casa. Puedes ser parte de ese milagro y tener otro hijo al que podrás amar por el resto de tu vida; Otra ser al que podrás traer a este mundo para tener a la mejor mamá que pueda existir”.

Javi estaba jugando con todos mis instintos maternales que me habían estado carcomiendo durante años. No tener otro hijo me pesaba todos los días desde que personalmente me di cuenta de que Ed nunca podría dejarme embarazada.

- “¡Mamá, admítelo, si tú y yo tenemos sexo podría dejarte embarazada!”

- "¡Javi, tienes que detenerte, no sabes de lo que hablas!"

- "Tú sabes que es verdad. ¡Así que di la verdad! Dices que siempre debemos decir la verdad, así que responde. ¿qué pasaría Si me corriera dentro de ti?

- "¡DE ACUERDO!¡DE ACUERDO! ¡Lo admito! ¡Si, quedaría embarazada! ¡Estoy segura, positiva y absolutamente de acuerdo que si te corres dentro de mí quedaría embarazada con un hijo tuyo! ¡¿feliz?!"

Mi arrebato surgió de la ira y la frustración, pero en el fondo sabía que había dicho la verdad. Algo dentro de mí me lo dijo con convicción.

- “Seré feliz cuando lo hayamos hecho. Hoy, cuando me corrí, fue como ningún sentimiento que haya tenido antes. Fue porque estaba compartiendo ese ...