El arte de mi hijo - Relatos Eróticos

El arte de mi hijo

... demasiado”, dijo Ed.

- "Planeaba dibujar en la tarde, pero podemoshacerlo en la noche, ¿verdad, mamá?"

- "Termina tu cena", le respondí.

- “Por cierto, la cena esta deliciosa”, comentó Ed. Tomando otro bocado. "Cariño, ¿no es esto el mejor sabor del mundo?

Asentí con un "mmh-hmm" evasivo al mismo tiempo que recordaba el sabor de acidez salada del semen de mi hijo.

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Ed se fue justo después de la cena, ansioso por terminar todos los detalles de última hora antes del sábado. No dejó de mencionar que esperaba lograr finalmente embarazarme el sábado, el día mágico de mi ovulación.

Por mi parte, no tenía nada de su entusiasmo o convicción, pero hice todo lo posible por no demostrarlo.

Necesitaba calmarme, relajarme y pensar las cosas. Al igual que Javi, el arte es un placer y un refugio para mí. Me retiré al estudio, me dejé caer en la cómoda silla cubierta y comencé a dibujar. Dibujé árboles y un lago y autos en una carretera, todo tipo de cosas que habían ocupado mi mente sin esfuerzo durante horas en el pasado.

Pero, esta noche mi mente estaba muy inquieta con los eventos del día. No dejaba de pensar en la escena que dibujo Javi con mi rostro detallado. Al mismo tiempo, trataba de averiguar cómo las cosas se habían salido de tanto control.

Mis pensamientos seguían volviendo a los detalles visuales. Tal vez esa era mi visión de artista que seguía entrometiéndose.

Mi mano tomó conciencia propia. Dibujé febrilmente ...

... durante una hora, casi inconscientemente. Finalmente, susurré: "¡Oh, dios mío!"

Había dibujado tres bocetos en páginas separadas. El último, el más detallado tenía dos "sujetos" en él. Uno era el pene erecto de Ed (al menos tan erecto como alguna vez pudo estar) y, al lado, el pene de Javi.

Ambos fueron tan detallados como pude recordar, incluso utilicé mi muñeca como referencia para poder dibujar la polla de mi hijo. Javi eclipsó a su padre. Era por lo menos 10 centímetros más largo y un cincuenta por ciento más grueso. En cuanto a la dureza, no había comparación en absoluto. Javi era acero mientras que su padre era un miembro frágil.

Observé el dibujo durante varios minutos, aprecié obsesivamente cada detalle de esa enorme polla que no me di cuenta en qué momento comencé a balancearme hacia adelante y atrás, friccionando mis muslos. Me estaba excitando con mi propio dibujo. Después de tanto abandono, no me sorprendió. Mis otros dos dibujos ya me habían demostrado que algo en mi había despertado esa tarde.

Mantenemos un teléfono de línea fijo debido a toda la congregación de avanzada edad. Sonó en la cocina. Javi gritó:

- "Mamá, es la Sra. Vega sobre los aperitivos para el sábado".

Cuando llegué a la cocina, Javi ya se había retirado a otra parte y había dejado el auricular sobre la encimera. Tal vez estaba tratando de evitarme. Tal vez algo de sentido común se había afianzado.

Hablé durante unos cinco minutos y arreglé todo. Ojalá todos los problemas ...