Mi vecino Adrián, mi obsesión
Fecha: 09/06/2024,
Categorías:
Hetero
Autor: Pieldemanzana, Fuente: TodoRelatos
... mujer había ido a comprar no sé qué. Me invitó a pasar a la conocida salita. Pasé delante de él contoneando mi culo como si tal cosa. En el espejo del pasillo pude ver sus ojos clavados en él.
Me senté dejando que mi falda se subiese quizás más de la cuenta, casi rozaba la unión de mis muslos. Después de poner delante de mí una cola se sentó a mi lado. Se que pudo echar un largo vistazo a mis braguitas.
Como siempre, esperó el momento más descuidado de mi parte para apretar mi pierna. Pero esta vez yo sabía cómo hacer. Contorsionada, procuré que mi falda se subiese más aún, esta vez mi pubis, solo oculto por la delgada tela de la braguita, quedó expuesto a sus ojos. Pude ver como enrojecía sin apartar la mirada de mis muslos.
Pero reaccionó rápido. Dejó de apretar y trató de suavizar la visión mostrando una sonrisa y dándole un trago a su cerveza. Yo me quedé quieta, como recuperándome, pero siendo consciente de donde estaba mi falda.
Carraspeó la garganta mientras comentaba algo sobre cuánto tardaba su mujer cada vez que se iba al súper. Bajé mi falda un tanto y contesté diciéndole que mi madre era igual, las mujeres somos así. Una sonrisa en su cara fue la contestación a mi comentario.
Mi entrepierna estaba ya mojada. Tenía que ser hoy, ahora. Para asegurarme cuánto tardaría su mujer, fingí haber recordado algo. Le pregunté si su mujer podría comprarme crema depiladora aprovechando que estaba allí. Tomó el móvil y lo escuché hablar con ella. Como ...
... imaginaba, en la conversación, surgió la pregunta de cuanto tardaría en volver. Un gesto de fastidio me confirmó que tardaría un buen rato. Sonreí para mis adentros.
Colgó y me confirmó lo que yo ya sabía. Comenté que lo había olvidado yo por la mañana. Para mostrarle la falta que me hacía depilarme levanté mi pierna. Él la miró, de nuevo sin poder evitar que su mirada se paseara hasta el borde de mis muslos y la braguita. Pude notar sus nervios.
Tomé su mano y lo obligué a pasarla por mi pierna para que lo comprobará. La noté caliente y algo temblorosa. Apoyada por la mía la acerqué descarada al interior de mi muslo para que notara la diferencia. Ahora estaba rojo, casi congestionado. De nuevo sonreí para mis adentros. Su pantalón no podía ocultar su estado.
Trató de retirarla, pero lo contuve allí, muy cerca de mi pubis, tanto que mi braguita rozaba su meñique.
Sandra, en serio, ya lo vi. - E hizo el ademán de retirarla. Me impuse a su voluntad y apreté su mano hasta sentirla sobre mí pubis. Sus ojos me miraban sin verme. La apreté un tanto para mostrarle mi estado. Se dejó hacer.
Abrí mis piernas y pudo ver perfectamente el lugar que tocaba. Su mano comenzó a acariciarme despacio, como si no quisiese hacerlo, pero sin ser capaz de parar.
Gemí un poco cuando lo noté apretar ligeramente mi clítoris. Envalentonada puse mi mano sobre su muslo y la subí hasta notar su cosa allí entre sus piernas. Dura, enorme y caliente. Lo acaricié de abajo arriba, hasta llegar a su ...