La caída de Marta 2
Fecha: 14/03/2024,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Mellow, Fuente: TodoRelatos
... me vi obligada a restarle importancia atribuyéndolo a las pérdidas de orina que sufrí en mis andanzas nocturnas y afortunadamente, me dejó ir al baño donde pude lavarme a conciencia y deshacerme de aquellos restos que pudieran delatarme. Al salir, volví al sofá donde, sin preámbulos, comenzó a hacerme un cunnilingus perfecto, dibujando círculos por mi vulva e incidiendo en el clítoris, lo hacía con maestría, como siempre, a la vez a que yo iba reponiéndome del susto.
Mis sensaciones eran contradictorias, por un lado, estaba algo inhibida por todo lo sucedido esa noche, pero también volvía a mojarme poco a poco, derramando flujo por mis piernas. En mi cabeza se fundían las imágenes de Alex y Pedro e independientemente de mi mayor o menor excitación, me veía obligada a someterme a éste en previsión de peores consecuencias. En un momento dado, desde su posición, irguió su cabeza dirigiendo sus enrojecidos ojos a los míos. Estaba aterrada, no concebía esa actitud en la persona con la que he estado casi toda mi vida y a quien he amado con locura. Sin contemplaciones, se levantó y de la mano me arrastró al dormitorio donde, al igual que en el sofá, me arrojó violentamente hacia la cama iniciando un lamentable ultraje en forma de insultos: “Ramera, puta”,.. como si estuviese poseído por el demonio. Estaba conmovida, y desbordada, no sabía qué hacer.
Aun aturdida mi grado de excitación iba “in crescendo”, lo que era manifiesto por lo que me volteó y me puso a cuatro patas ...
... lamiendo desaforadamente mi coño. Mi posición era incómoda, pero activaba un nuevo deseo de que introdujese su polla en mi cueva cuanto antes, como así sucedió. Volvió a girarme, no hubo "intro" ni delicadeza en la penetración iniciando una follada convencional pero efectiva, sus embestidas fueron rítmicas y contundentes generando el peculiar ruido que sechocar ambas pelvis. Instantes después terminó corriéndose dentro desfalleciendo de forma simultánea encima de mí. No fue sólo un polvo rápido, era algo insólito en Pedro. Traté de deshacerme como pude de él, delicadamente me eché hacia un lado y me levanté para ir al baño mientras el permanecía inmóvil en la cama en posición fetal, triste, apenado.
Serio, con voz grave me comentó:
— Hoy salgo de viaje a Sevilla. Estaré fuera tres días creo que serán suficientes para valorar el futuro de nuestra relación. Debemos pensarlo y tomar una decisión que puede ser dolorosa para ambos. Te doy tiempo para que recapacites y me cuentes la verdad. No sé si podré perdonarte si me has engañado con otro, pero seguro que no lo haré si me sigues mintiendo.
— ¡¡Pedro!! yo ya tengo la decisión tomada eres el hombre de mi vida no puedo vivir sin ti, ni un solo día, lo de hoy ha sido un accidente y no ha sucedido nada, créeme. Traté de ser escueta porque cuanto más hablaba más insegura me sentía.
Tras esta conversación poscoital tratamos de conciliar el sueño, pero en mi caso fue imposible, tanto por la hora, más adecuada para levantarse y ...