El cuarto oscuro
Fecha: 18/01/2018,
Categorías:
Jóvenes
Autor: teomiranda, Fuente: RelatosEróticos
... día del santo de su prima Olga, que en febrero había llegado a la mayoría de edad, el tío Luís permitió que ésta tomara una copa de cava después de los postres para celebrar tan venturoso acontecimiento y, como pareció gustarle, cuando después de los brindis todos se retiraron al jardín, Olga tomó en su mano el resto de una botella aún no consumida y, sacándola de la champanera bebió dos copas más de aquél chispeante espumoso; la escena fue observada con cautela y curiosidad por Lola que, asombrada, no podía quitar la vista de esa ahora mujercita en la que se había convertido la que poco tiempo antes había sido compañera de juegos de ella. Como cada día todos terminaron por retirarse a sus habitaciones con la sana y española intención de sestear hasta la caída de la tarde. Lola aunque a regañadientes, se vio en el deber de, una vez más, acompañar a sus padres, aun era una cría de catorce años y estaba obligada a cumplir con tan sagrada costumbre que a más de un niño ha costado una llantina. Olga, mayor de edad, podía saltarse tan sano hábito sin más explicaciones. Tío Ricardo llegó justo en ese momento y, saludando a todos se fue directamente a su habitación con intención, según dijo, de tomar una ducha, para después pasar al cuarto oscuro y continuar con algo que había comenzado en la mañana. Lola desde su cuarto, podía oír como chapoteaba el agua en el baño del tío, e incluso como éste canturreaba una tonada de la época. Curiosamente, minutos después, le pareció volver a ...
... escuchar aquellos gemidos que hasta entonces solo habían procedido del cuarto oscuro. Se colocó sin demasiado cuidado y con prisa una camisa y salió al pasillo con la intención de poder observar ciertamente la procedencia de tan extraños sonidos y satisfacer de una vez esa curiosidad de casi cuatro años de antigüedad. Encontró que la habitación del tío Ricardo no estaba cerrada, al parecer por descuido éste la había dejado entreabierta, empujó con sumo cuidado y la puerta se abrió con un suave silbido de goznes secos imposibles de escuchar con el sonido del agua y aquellos gemidos de fondo. La habitación en penumbra, con las persianas cerradas, solo estaba iluminada por una franja de luz que provenía del cuarto de baño; curiosa y nerviosa se acercó con sigilo. Se le secó la boca, el corazón le latía como la mañana de reyes por el pasillo de la casa al salón, donde estaban todos los juguetes. Se detuvo, tomó aire y continuó hacia la luz. Casi se le salen los ojos de las órbitas cuando, asomada de soslayo pudo ver al tío Ricardo desnudo, completamente desnudo, de perfil, con el agua deslizándose por todo su cuerpo, como ido su rostro, gimiendo y con una mano ensus partes, pero quépartes!, la mano cerrada alrededor de su cola, que así es como la llamaba mamá cuando hablaba de la de su hermano, y aun le sobraba cola para otra mano; la punta, roja, gruesa, brillante, y al parecer muy dura. Movía su mano de arriba a abajo, o mejor dicho de delante a atrás, hasta casi esconder la ...