El cuarto oscuro
Fecha: 18/01/2018,
Categorías:
Jóvenes
Autor: teomiranda, Fuente: RelatosEróticos
EL CUARTO OSCURO Desde pequeña aquella habitación había producido en Lola un efecto un tanto extraño, al principio y sin conocer exactamente qué le ocurría, un calor intenso y concentrado, como una ola bochornosa, le invadía súbitamente lo que por aquél entonces ella conocía como “sus partes”. Esas sensaciones se repetían cada vez que tenía algún contacto con el cuarto. Era algo tan profundo y, a decir verdad, tan bueno, que nunca a nadie se atrevió a contar, que se le dibujaba en su mente como un pecado y por ello es que nunca se atrevió a contarlo a nadie. Se limitaba a vivirlo cada vez que por alguna razón desconocida era atraída por aquella habitación enigmática. Estaba el cuarto en casa de su tío Ricardo, hermano de su madre, el más pequeño de los tres. A su entender de niña de catorce años, algo loco o, mejor dicho, un poco raro para la época; cuando otros hombres-muchachos de su edad se dedicaban a la lucha de clases o militaban en cualquier formación uniformada, él se la pasaba entrando y saliendo de la casa sin dar explicación alguna a nadie o confinado en el cuarto oscuro que había y, aún hay, en el hueco que forma la escalera de acceso al desván, encerrándose a veces tardes enteras. Incluso cuando en ocasiones el sol brindaba luz y calor en el amplio jardín que rodeaba la casa, él permanecía encerrado interminables horas haciendo caso omiso de cualquiera de los que allí estaban, algo que era muy frecuente durante los meses de verano. La casa durante estos meses ...
... se llenaba deniñería y familiería que pasaban allí las temporadas veraniegas, ya que aunque había pertenecido a los abuelos de Ricardo y podría haber pertenecido a todos los hermanos al morir estos, el abuelo, Ricardo también, se la dejó en testamento únicamente al tío Ricardo que no tenía ningún problema en compartirla con toda la familia sobre todo en estos meses estivales. El abuelo Ricardo también hizo uso privado de aquél cuarto bajo el desván y pareciera que se lo había dejado expresamente como herencia al tío Ricardo. Nadie nunca se atrevió a entrar en ese cuarto y por lo tanto todos desconocían lo que en él había, solo podían asegurar que no tenía ninguna luz exterior, porque desde la fachada de la casa se podía observar una pequeña ventana que siempre estaba tapada, clausurada con pintura de color negro en sus cristales. El abuelo Ricardo era fotógrafo y en la casa tenía incluso su estudio donde todo tipo de personas llegaban con el fin de retratarse, había conseguido fama de “sacar muy bien los retratos” y “echar buenas fotos”. El cuarto al parecer lo utilizaba como laboratorio, por ello es por lo que siempre fue denominado “el cuarto oscuro”. A su estudio de fotografía también iban de vez en cuando, a veces bastante a menudo, bellas señoritas o no tan señoritas, alguna de no muy buena presencia, con las que se encerraba por horas prohibiendo ser molestado. Después de lo cual se ocultaba a solas en el cuarto oscuro. Además de la casa y por supuesto el cuarto, todas ...