Mi sobrina Meli 2o - Relatos Eróticos

Mi sobrina Meli 2o

traído, di unos pasos para dejar la bicicleta, la apoye en la pared y al levantar la vista la encontré radiante en uno de los columpios jugando con sus pies meciéndose suavemente, les juro que parecía un ángel, con sus sandalias rosas bebé, su faldita de tablas blanca, una sudadera rosa y sin mangas, la luz cuando llegaba a ella parecía brillar más tuve que entre cerrar mis ojos por el fulgor. Camine hacia ella lentamente asombrado por tanta belleza jamás la había visto así. Al escuchar mis pasos levantó su mirada y con una dulce sonrisa me saludo le di un beso en la mejilla. Ella estába ruborizada y le quedaba precioso, me senté a su lado y le pregunté, que haces ? A lo que respondió nada. Le pregunté si no se metería a la alberca y me dijo que tal vez al rato, le pregunté si estaba aburrida y me dijo si un poco. Le pregunté que tenía ganas de hacer y me dijo que no sabía, le ofrecí diferentes juegos,  y no se mostró muy interesada en ningún, estaba distinta ya no era la misma, había cambiado ya no parecía una niña parecía una mujercita hasta cruzaba las piernas y me pareció que traía maquillaje muy suave. 
Ya no sabía que ofrecerle a si que le dijo casi en broma, o talvez quieres dibujar un poco? Me miró a los ojos, con su carita toda ruborizada, no perdí detalle de su hermosa carita, sus largas pestañas, sus hermosos y grandes ojos mirando, su boquita pequeña y carnosa. 
Pensó unos segundos mientras mordía sus labios de lado y jugaba con la punta de su pie clabandolo en ...

 la tierra moviendolo de lado a lado mirando el piso, eso sí me gustaría levanto su cabeza y me regaló una gran y dulce sonrisa.
La tome de la mano y la lleve adentro abrí muy suave la puerta para que no escuchen, que habíamos entrado a lo lejos se escuchaba las risas de mi madre y hermana enredadas en una charla muy entusiasmadas. 
Le hice un gesto a Meli para que subiera las escaleras mientras espiaba la cosina, ella subió en silencio como si fuera mi cómplice yo camine detrás de ella, esperanzado de ver sus calzoncitos, pero ella apretó si faldita contra su tracero y no pude ver nada, sin embargo me regaló sin darse cuenta todo el contorno de sus nalgas y el Bamboleo de ellas al subir cada escalón. Toda la secuencia parecía en slow motion, yo detrás de ella con mi cara de idiota embelesado por su andar.
Llegamos a la puerta, le quite el seguro, ella me miraba con esos ojitos hermosos, abrí la puerta y al segundo comencé a temblar mi corazón a estas alturas se quería salir de mi pecho.trate de no temblar como un imbécil pero no era nada fácil, abrí la puerta de par en par, y la ayude a entrar poniendo mi mano en su cintura baja, senti el elástico de su calzoncito. Y eso detonó como frío rato en mi cuerpo que hizo saltar verga endurecida al punto de estallar. Juro que casi rompo mis pantalones junto con mi ropa interior, Meli colocó sus rodillas sobre la banqueta, y su precio culo sobre sus piernas. Y me dijo vas a darme unas okas o vas a quedarte ahí como tonto jajaja, yo ...