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Caliente relato de sexo anal narrado por una amiga
Fecha: 04/12/2017, Categorías: Anal Autor: FattaAdela, Fuente: CuentoRelatos
... sus caricias. Y así lo hizo; su mano empezó acariciar descaradamente mi muslo, haciéndome cosquillas en la rodilla. Yo procuraba no verlo pero no intentaba retirar su mano que ya empezaba a acariciar la parte interna de mi muslo. Oh Dios…… yo cerraba los ojos extasiada sin poder controlar los temblores de mi cuerpo. Poco a poco su mano sube lentamente por debajo de mi falda, transportándome a un mundo de fantasías completamente desconocido para mí. Cuando tocó el borde de mi pantaleta creí morir. Me siento completamente empapada. Su dedo tentalea levemente mi entrepierna sin atreverse más. Entonces se voltea hacia mí y cambia de mano, escondiendo la izquierda y palpando con la derecha entre mis muslos. Me muerdo las uñas. Intento no ver lo que me está haciendo pero no puedo impedir que una de mis manos empuje la suya contra mi sexo. Sus dedos empiezan a frotar suavemente los labios de mi vagina sobre la pantaleta, ¡qué maravilla!!! Mientras lo hace, siento que su rostro se abre camino entre mi pelo y empieza a besarme el cuello. ¡Quiero gritar !….. Siento que mis pechos se inflaman y que un deseo insano se apodera de mí. No sé cómo lo hace pero su otra mano intenta desabrochar los botones de mi blusa. Yo lo ayudo y casi me arranco los botones tratando de abrirlos. Mi brassier queda al aire y él lo desliza hacia arriba liberando mis pechos que saltan afuera temblorosos y juguetones; sus labios se apoderan de uno de mis pezones y lo empiezan a succionar y a lamer como si ...
... fuera un becerro. ¡Es la locura! Dios…… sus dedos se deslizan ahora por debajo de mis pantaletas y se introducen entre los labios de mi vagina buscando el clítoris. Lo encuentran y me hace ver el cielo y las estrellas. No puedo reprimir mis temblores que han ido en aumento minuto a minuto. Me subo la falda a la cintura y elevo mi cuerpo en busca de sus manos pidiendo terminar con esta agonía, y para terminar, él me introduce sus dedos rotándolos dentro de mí haciendo que me retuerza de placer. Mi venida es descomunal, siento que me vacío completamente y mi cuerpo entero se sacude en interminables convulsiones. No logro ahogar mis gemidos, pero él me impide que grite tapando mi boca con su mano. Me estremezco y aprieto sus manos contra mi sexo tratando de impedir que se salga. Quiero más, mucho más…. no quiero que saque sus dedos… Me encanta tenerlo dentro de mí. Poco a poco, mi cuerpo entra en calma y empieza a relajarse. Él continúa besando mi cuello y acariciando mi sexo, ya con los dedos fuera de él. Me quedo adormilada, laxa y sudorosa, pero feliz. No hemos cruzado una sola palabra, pero no es necesario, siento que puede hacer conmigo lo que quiera y no hay nada que pueda o quiera hacer para evitarlo. Volteo hacia afuera y alarmada me doy cuenta que vamos entrando a la ciudad. Con las luces aún apagadas rápidamente arreglo mis ropas y él se cambia de asiento para evitar suspicacias. Instantes después las luces se encienden y anuncian la entrada a la ciudad. Él finge estar ...