mi esposa me engañaba segunda parte
Fecha: 22/07/2019,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
... cerrara la cortina, porque el sol me estaba dando en la cara. Eso solo para que ella se levantara del sillón y Alejandro la pudiera ver bien. Caminó con desgano a cerrar la cortina y regresó a su sillón, mientras un silencio casi sepulcral, se apoderaba de la sala, sus piernas se le veían que daban ganas de comérselas, sus pechos se bamboleaban con cada paso que daba y los hacía ver sensuales y mi amigo se la comía con los ojos. --¡Como me gusta la falda de tu mujer--, me dijo Alejandro, --a mi también, le contesté-- --Pero más que nada, lo que me gusta es ver cómo le deja las piernas expuestas y tan sensuales—me dijo él, ella lo vio y luego me vio a mí con ganas de matarme. Alejandro era en verdad un tipo amable y caía bien, empezó a hablar y contar sus anécdotas y entre chistes y cuentos, le decía a mi mujer lo sensual que se veía, lo bien que tenía todo a pesar de la edad y cosas así, que al principio como que no le cayeron bien a mi mujer, pero mientras la plática se iba poniendo amena, ella empezó a agarrar confianza y a platicar. Él se fue acercando a ella poco a poco y al cabo de un rato, ya estaba al lado de mi mujer, platicando de lo más tranquilo. Ella se reía de lo que el le decía y las bromas que yo respondía, cuando me decidí a acercarme yo también y en un momento, ya estaba ella en medio de los dos. Yo le puse la mano en la pierna y empecé a acariciársela, caricia que poco a poco se convertía en más y más sugestiva e impertinente, pero ella no protestaba ni ...
... decía nada. En eso estábamos y con señas le dije a Alejandro que le pusiera el brazo sobre los hombros, ella no solo no dijo nada, sino al parecer ya había entendido cuál era el propósito de aquella visita inesperada. Mis manos empezaron a meterse por la abertura de sus piernas y ella las abría en forma moderada. Embelesado estaba yo metiendo mis manos por la abertura de sus piernas y no me había dado cuenta que mi amigo ya le estaba estrujando las chiches y besándole el cuello. Su vagina empezó a destilar mucha humedad y lo que en un principio era una pequeña abertura de sus piernas, se iba convirtiendo en toda una puerta abierta al placer. Sentada en el sofá, con la falda subida, las piernas abiertas y los pechos al aire, mi esposa respiraba muy fuerte. Alejandro la besaba como poseído y ella le respondía, parecía que Alejandro iba a sentir el sabor del desayuno, si seguía metiéndole la lengua en la forma como se la metía. Mi esposa estaba súper excitada y muy ansiosa, cualquier roce en su zona intima le producía espasmos de placer, que iban acompañados de gemidos agudos y palabras ininteligibles. Con aquellos zapatos de plataforma, la pequeña falda subida hasta las caderas y las piernas abiertas, mi primera idea fue hacerle sexo oral y me hinqué en el piso en frente del sillón y metí mi cabeza entre sus piernas, comencé a chuparle el clítoris y a acariciarle las piernas, las caderas y las nalgas, mientras Alejandro le besaba la boca, las chiches y le acariciaba el vientre y la ...