La ahijada de mi tía me regaló una tarde erótica
Fecha: 16/06/2019,
Categorías:
Anal
Sexo con Maduras
Autor: Caballeroazul, Fuente: CuentoRelatos
Las primeras semanas de 2007 fueron las más difíciles de mi vida, pues, me era imposible el aceptar que Angélica (mi esposa) y mis dos pequeños niños hubiesen perdido la vida en un accidente tan espantoso. Por ello, la mayor parte del tiempo la pasaba encerrado en casa; y a pesar de las frecuentes visitas de Paolita necesité de ayuda psicológica para volverme a reintegrar a mis quehaceres habituales. Fue recién el lunes 19 de febrero (dos días después del matrimonio de Paola), que regresé a mi oficina y empecé a despachar mis asuntos. Entre las primeras personas que me visitaron estuvo Manuela, una tía lejana quien a pesar de ello siempre está a mi lado y que llegó a pedirme el favor de que permitiese a su ahijada entrar a trabajar conmigo como Secretaria practicante, ya que recién había terminado esa carrera. Ella la había criado desde muy chica, desde cuando su madre la había abandonado por irse con otro marido, y aún estaba bajo su tutela; pero, la chica ya quería "empezar a ganar su dinerito", como mi tía Manuela decía. La idea no me agradó en lo absoluto; pero, no pude negarme a apoyarla, pues, me sentía en la necesidad de corresponder a las atenciones de mi tía; además, me identifiqué con su situación y acepté. Incluso me comprometí a pagarle sus prácticas; así que desde el lunes 05 de marzo la tuve en mi oficina. Desde el primer momento en que vi, a la ahijada de mi tía, me gustó. Se la veía candorosa y sexy a la vez. No sé si era por mi estado de ánimo; pero, si he ...
... de ser sincero la nenita me alteró las hormonas con ese par de preciosas piernas, esas exquisitas nalgas y esas deliciosas tetas que imagino deben haber roto más de un corazón. Tatiana o Tatty, como suelo llamar a esta preciosidad, era por entonces una muchacha de 19 años –casi 20 años menor que yo- y la verdad es que pronto se convirtió en una obsesión para mí. Por primera vez no me sentí enamorado, simplemente me la quería llevar a la cama, sin importar lo que tuviera que hacer. Era como una forma de desquitarme de la vida. Sé que era injusto de mi parte; pero, soy humano y así ocurrió. Fue por ello que calculando bien cada uno de mis movimientos fui ganándome su confianza; y, si a esto añadimos sus “ebullicionantes” hormonas propio de toda muchacha que está en la plenitud de su sexualidad; no es extraño deducir que el resultado no se hizo esperar. Durante algunas mañanas Tatty había venido a mi casa para que yo le dictase el trabajo, pues, aduje que no tenía ánimo para ir a la oficina y necesitaba despachar desde mi casa. Todo transcurrió según lo esperado hasta que, aquel inolvidable miércoles 11 de marzo de 2007, cumplí mi objetivo. Aquella mañana me había levantado con una tremenda erección y mis ganas por tirarme a Tatiana eran enormes; sin embargo, sospechaba que quizás aún tendría que esperar un poco más para hacerla mía; pero, afortunadamente me equivoque. Eran como las nueve y treinta cuando me avisaron que mi señorita Tatty estaba allí. Yo había regresado a la cama ...