1. La chica de la tortilleria (Re-pub)


    Fecha: 23/10/2017, Categorías: Tabú Autor: Arandirelatos, Fuente: xHamster

    Como ya tenía varios días sin descargar la jeringa, andaba ansioso y deseoso. No fue raro, por tanto, que me fijara en una chica que veía diariamente, la que me despachaba las tortillas. La verdad me parecía muy bonita y simpática. Siempre que iba allí me sonreía.Yo le calculaba unos diecinueve o veintiún años a lo mucho. Delgada y de rasgos agradables. Además, por el uso de unos vaqueros bien ajustados, se le notaba un cuerpo muy apetecible. Su tez morena brillaba gracias a las diminutas gotas de sudor sobre su piel, provocadas por el calor sofocante del lugar donde laboraba.A mí ya me ilusionaba cogérmela, e incluso me gustaba para que fuera mi novia. No soy mucho de compromisos así pero ella se me hacía especial. No obstante un día me di cuenta que ya era casada pues la vi con un tipo y una niña que evidentemente era su hija. Él había ido por ella al salir de su trabajo; había ido en una moto. Me sentí un tanto desilusionado.Luego me animé a invitarla a salir pese a eso. Estaba decidido. Después de todo era evidente que yo también le gustaba.Decidí que la siguiente ocasión que la viera le preguntaría qué día descansaba y la invitaría a comer (y más tarde a coger, jejejé). Lamentablemente cuando tomé la decisión fue demasiado tarde, al acudir a la tortillería no la vi. Al preguntar por ella me dijeron que ya no trabajaba allí.Me sentí frustrado, sentía que había perdido una buena oportunidad.Para calmar mi desazón y, a decir verdad, apaciguar mi apetito sexual (pues ya ...
    ... tenía tiempo que no“mojaba la brocha”) decidí ir a la Ciudad con un propósito definido. Pero, al subir al autobús me llevé una agradable sorpresa. La ex empleada de la tortillería venía justo ahí sentada. Como a lado de ella no había nadie inmediatamente me senté allí.La saludé y ella me sonrió, creo que también le gustó que nos volviéramos a ver después de todo. Le pregunté sobre su trabajo a lo que me respondió que había renunciado pues necesitaba un empleo mejor pagado. Los gastos iban en aumento, pues su pequeña hija había ingresado a la primaria. Ahora laboraba en la Ciudad donde ganaba más, me dijo. Le pregunté entonces si iba a su trabajo en ese momento, y ella me respondió afirmativamente. Aunque cuando le pregunté de qué se trataba se puso notablemente nerviosa e incómoda. Supuse que no le agradaba mucho su nuevo laburo pero que lo hacía con tal de sacar su hija adelante.Como no la quería importunar cambié de tema y me animé a invitarla a salir. Dudé que aceptara, pues era casada, sin embargo ella dijo que sí.Quedamos en una fecha días más tarde y al llegar al metro me ofrecí acompañarla a su trabajo pero ella rechazó mi oferta. Argumentó que ingresaría a la sección de damas para irse más rápido, pues en los otros vagones era casi imposible abordar. Me despedí y ella a su vez lo hizo con una sonrisa muy amplia antes de irse.Vaya, me sentía de maravilla. Esa chamaca en verdad que me entusiasmaba, incluso me hacía ilusión ayudarla en sus estudios para que terminara la ...
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