1. EXTRAÑO TU BOCA, Y TÚ A LA MÍA (3)


    Fecha: 26/12/2018, Categorías: Infidelidad Autor: Mar1803, Fuente: SexoSinTabues

    Va la tercera parte del relato que sobre nuestra relación hizo mi amante. L as dos partes anteriores están en / y / Ambos nos acostumbramos a llegar a la fábrica más temprano que lo normal y nos íbamos directamente a la zona de los privados de los jefes, quienes acostumbraban llegar más tarde. Para nuestros retozos, preferíamos la oficina más grande pues allí había un sofá enorme y resistente. —¿Te gusta que te chupe la panocha? Te pregunté acomodando mejor mi cabeza sobre tu pierna, después de chuparte la panocha, para hacerte caricias en tu viscosa y aromática raja. —Sí, mucho...—contestabas con una sonrisa llena de lujuria y entornando los ojos, sin dejar de acariciarme el cabello para aplacarlo un poco pues lo tenía sumamente despeinado por la fruición con la que habías presionabas mi cabeza para sentir completamente hundido mi rostro en tu pubis. —Mañana en la mañana, te coges mucho a tu marido, antes de venir a verme, y no te limpies, quiero tenerte muy engrasadita con la leche de él para que se me resbale mejor cuando te lo meta; pero hoy, antes de acostarte, te bañas para que no lo hagas por la mañana; te metes a la cama y seduces a tu marido con lo que más le guste. —dije prensando tu clítoris con mis dedos, dándote jalones como si te ordeñara. Cuando tu esposo debía trabajar en esta ciudad yo podía darme esos gustos. A ti te gustaba sobremanera que yo te ...
    ... chupara pues él no lo hacía. A mí me encanta mamar pepas peludas con labios y clítoris grandes. La tuya los tiene normales, pero su sabor fuerte me gusta. Mi exesposa tenía pucha peluda con labios serrados y notorio botoncito; cuando se excitaba el aroma intenso reclamaba un beso, una lamida y muchas chupadas, pero sabía mejor cuando llegaba a la casa bien cogida por su amante. Desde entonces me quedó el gusto por chupar una vagina usada varias horas antes y sin limpiar, también era un deleite que mi verga chacualeara en ella si la venida era reciente, eso quería volver a disfrutarlo, por eso te pedí que vinieras cogida. Me viste con un poco de incredulidad y sonreíste. Levantabas las cejas mostrando asombro y preguntándote por qué quería yo que hicieras eso. Te correspondí con una sonrisa acompañada de un gesto cómplice y acentuaste la sonrisa pícaramente para afirmar con la cabeza. —Vamos a ver qué tal sabe la leche de él —te decía, pero tu sonrisa cambió delatando que más de una vez me habías hecho chupar tu tamalito lleno de la crema conyugal. —Quiero probarte sabiendo que vienes así... —aclaré y volviste a poner tu sonrisa cómplice, asintiendo con la cabeza nuevamente—. ¿Cuando están solos en la cama, qué le gusta más a tu marido que le hagas? —Él es como tú: lo que más le gusta son las mamadas que le doy... —Pues se las das, pero no dejes que se venga en tu boca, que lo haga en tu rica panochita. En la mañana te echas el mañanero para que se venga otra vez en tu vagina y lo ...
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