1. Me vuelve loco el sabor de tu coño


    Fecha: 24/12/2018, Categorías: Infidelidad Anal Autor: chicapervertida, Fuente: CuentoRelatos

    ... semana, no lo sé. ¡Quizás más! Así que ahora tenía la duda de si en ese proceso que duro horas, mientras estuve atada en una y otra posición, y en la que fui penetrada una y otra vez sin descanso por todos mis orificios, es muy probable que mi amante hubiese invitado a sus amigos a hacer fiesta conmigo. Eso es algo que nunca podré saber. Lo que si sabía es que me moría de curiosidad por ver la polla de mi marido salir de mi culo, toda impregnada de fluidos. Así cuando sentí que sus gemidos iban intensificándose, comencé a mover mi trasero de forma descomunal, como haciendo twerking, aguantando un poco el dolor, hasta que el pobre no resistió más y se vino estrepitosamente dentro del agujero adolorido. -«¡Joder, amor, casi me parte la polla!» exclamo aun sofocado y con la respiración agitada. Yo me gire y me desplome sobre el mueble y puede percatarme de lo que me había imaginado. Su pene estaba allí, aun tieso y completamente cubierto de una viscosidad blanquecina, desde la punta hasta la base, tanto que el fluido iba escurriendo lentamente hacia sus huevos. -Vaya, vaya –exclamó riendo-, parece que te he dejado ese culo bien llenito de leche-. Yo me reí con él, pero en mi interior reía compadeciéndome. «¡Que tonto! –pensé– si supiera toda la leche que ha batido». Esa sola idea fue suficiente para ponerme cachonda nuevamente. Así que mientras mi marido recobraba el aliento, yo recordaba todas las porquerías que mi amante me susurraba al oído mientras echamos nuestro último ...
    ... polvo de despedida «¿te gustó todo lo que te follé este fin de semana?», «te aseguro que no podrás recibir más semen en varios días». ¡Qué ilusos que son los hombres! Todos se creen los mejores. Y mientras pensaba en todas esas guarradas comencé a frotarme el clítoris con la intención de correrme una última vez para cerrar con broche de oro y luego regresar a mi vida habitual. Cerré los ojos y me entregué a la masturbación, pero a los pocos minutos sentí que mi marido me tomaba por las nalgas y sin pedir permiso comenzó a comerme el coño con su boca. «¡No, detente!» pensé en gritarle para evitar que con su boca absorbiera todo lo que había contenido en mi interior. Es que todo fue tan precipitado que no pude darme una ducha antes de llegar a casa, de modo que si mi esposo me hacía sexo oral, de seguro iba a comerse todo los restos de mi desenfreno infiel del fin de semana. Pero ya era muy tarde, tenía que seguir adelante. Así que mientras yo restregaba mi clítoris sentía como mi esposo, desaforado, me lamia la vagina una y otra vez, incluso intentando meter su lengua por mis orificios. - ¡Me vuelve loco el sabor de tu coño! –me dijo en un momento que levantó la cara y pude observar por la brillantes del reflejo de luz que la tenía completamente empapada de fluidos. Yo seguía masturbándome a mis anchas, como me gusta hacerlo, restregándome el clítoris sin contemplación. Entonces vi que mi marido se puso de pie nuevamente y con la polla tiesa otra vez, se disponía a insertármela ...
«12...4567»