Historia de Lidia
Fecha: 14/10/2017,
Categorías:
Sexo con Maduras
Anal
Autor: claudiob, Fuente: CuentoRelatos
... por lo cual haciendo uso de toda mi fuerza lo corrí de encima mío y me fui a buscar el postre. Traje el postre y comenzamos a comerlo, entre bocado y bocado, mis ojos iban a su pija y veía que seguía dura como si aún no lo hubiésemos hecho, ¡qué bárbaro ese pendejo, tenía un aguante infernal!, Pero a mí ya me dolía todo, por lo que antes de terminar de comer mi flan y temiendo que usase la crema para algo más que para el postre, salté de la cama y fui a preparar el café; cuando llegue con él, no pude dejar de ver como su pija, dura, larga y gruesa, apuntaba hacia el televisor, como queriendo cogerlo, ver esa imagen y a su lado el plato del postre aun con crema hizo que se me parasen los pelos de la nuca, pensando en lo que podría acontecer, me gusta coger pero, estaba muy dolorida, por lo que coloque el café sobre el mueble e iba a irme cuando él me agarró de la mano y me preguntó: “¿sabes para que es esta crema?” A lo que le respondí, haciéndome la boluda: “supongo que la dejaste para el café ya que no la comiste con el flan”, pero él poniéndose crema en la poronga me dijo: “No es para que vos te la comas” y sin decir nada más me la metió en la boca, yo comencé a succionar esa gran poronga, tratando de hacerlo llegar ya que sinceramente estaba muy dolorida y ya no quería saber nada de verga por ese día, pero no llegue a darle mas de cuatro chupadas que me agarro la cabeza y me hizo dejar de mamársela, para dándose vuelta comenzar a chuparme la vagina. A pesar del dolor ...
... que tenía, no sé si por el morbo que me causaba el estar con ese pendejo, que bien podía ser mi hijo, o por la calentura que tenía viendo como le hacía tener dura la verga, o por las ganas que tenia de sacar la leche que presentía que tenía en sus huevos, dado que estaban grandes y duros, o vaya uno a saber por qué, empecé a tirarle la goma, mientras él jugaba con mi clítoris, no obstante no bien me dio unos pocos lengüetazos comencé a acabar, por lo cual deje salir ese trozo de carne viva de mi boca y mis gritos hicieron retemblar las paredes, ¡qué hijo de puta ese pendejo!, Me hizo tener dos orgasmos con su lengua a pesar de no querer saber mas nada. Entonces estando ya al borde de mis fuerzas y sin importarme que él la tuviese aun dura, le digo que debía irme, que lo lamentaba pero que mi hija me había pedido que cuidase a sus hijos y que si bien me hubiese gustado continuar con él debía irme, y me levante de la cama y fui al baño. Estaba bañándome cuando siento que se corre la cortina y unas manos me toman de la cintura y unos labios besan mi cuello, ¡qué dulce!, pendejo hijo de puta, ¡cómo me calentaba! ; me doy vuelta, uno mis labios a los suyos y después de un profundo beso y sentir como su verga dura y caliente se refregaba en mi ombligo, me doy cuenta que si se iba en ese estado descargaría en el primer agujero que encontrase, con lo cual lo perdería, por lo que tome el jabón y empecé a enjabonarlo y le pedí que nos bañemos juntos, a lo cual él accedió y agarrando el ...