Tres primas, tres pitbulls - Relatos Eróticos

Tres primas, tres pitbulls

... estaba como lo habíamos dejado, pareciéndome haber dejado apagada la luz que ahora estaba encendida. , pero no le dimos mayor importancia y luego de conversar una hora o dos, nos pusimos a dormir para disfrutar desde temprano el siguiente día, apenas se fueran mis padres a sus respectivos trabajos. Temprano Andrea me despertó. "Mira ya encontré donde inmovilizarla para que quede en posición para ser montada por uno de los perros". , y volteando mi taburete pie de cama me dijo "Este es acolchado en todo su borde y en sus patas redondeadas podemos amarrar su rodillas, tobillos y muñecas para dejarla en la postura correcta". , y yo siguiéndole su macabro juego le respondí "Claro, solo habría que convencerla con un juego en donde la pudiéramos amarrar sin que se de cuenta. , algo así como en donde ella tuviera que hacer el rol de una esclava". , y acomodándose ahí decía. , ""Al ser angosto da la medida justa para que al estar a piernas abiertas no le apriete su vientre pero la mantenga con el trasero parado, mira mis rodillas y tobillos quedan paralelos a las patas contra el piso preciso para amarrarlos ahí, ves apoyo mis hombros en el piso y con mis brazos extendidos las muñecas me quedan exactas para atarse por arriba a las mismas patas, y ya estando sujetada de ahí me es imposible enderezarme"". , se sacó la parte inferior de su pijama y volviéndose a poner en esa posición llamó a mi Ricky. , el que ni tonto ni perezoso después de darle unas cuantas lamidas se le subió ...

... encima penetrándola casi en el acto, la bombeo rápido abotonándola en pocos segundos y ya la tenía gimiendo del placer. , y yo poniéndome a un costado de ellos ayude a mi Ricky a voltearse y dije ""¡¡¡Oohhh siiii. , ya me imagino a Maggi ahí gozando como una verdadera perrita. !!!"", mientras le sobaba el clítoris y amasaba las bubis a mi prima. , no me importaba que la muy fresca hubiera llamado a mi perro y estuviera disfrutando de él, pues la tenía a ella para disfrutar de su anatomía. Yo ese día no tuve sexo con los perros, solo me dediqué a ayudar y observar a Andrea en su apareamiento con ambos machos. , y Will ya muy rápidamente estaba aprendiendo. Pero a ella le dolían sus rodillas al hacerlo en el piso y soportando el peso de ellos , por lo que solamente las dos primeras veces fueron abajo y las consecutivas sobre la cama, la que acondicionamos bien para que no se manchara con tanto semen derramándose por ahí. En realidad al final de la tarde mi habitación estaba hedionda a sexo. , Andrea lo había hecho tres veces con cada perro y en la última ocasión solo estuvo 4 ó 5 minutos abotonada con mi Ricky. , no era solamente olor a esperma que se sentía, pues este se mezclaba con nuestros fluidos y el aroma mismo de los canes, por lo que mi dormitorio apestaba al glorioso olor a sexo zoofílico. Luego de la última incursión ventilamos lo mejor que pudimos y echamos bastante desinfectante ambiental, ya que mi cuarto es ciego (no tiene ventanas) por estar en el centro de la casa ...