Tres primas, tres pitbulls - Relatos Eróticos

Tres primas, tres pitbulls

... una nueva y agradable sensación. , luego sin sacar sus dedos de mi vulva me jaló del hueso de la pelvis hacia ella, por lo que me acomodé completamente bajo ella haciendo un 69 con mi rostro justo abajo de la unión de ellos. , Andrea separó mis labios exteriores con sus manos e introdujo ahí su lengua, succionó mis labios interiores y se quedó jugando con mi clítoris con su boca mientras con un par de dedos me hacía un mete y saca. Haciéndome descubrir que yo aparte de zoofílica también sería lesbiana. , miraba con ansias para arriba esperando que Ricky saliera de ahí para poder yo jugar con el sexo de Andrea. , pese a haber quedado muy apretado el nudo de mi perro dentro de la vagina de mi prima, deformándosela como si estuviera muy hinchada con la parte posterior de ese nudo asomándose por entre sus labios interiores casi reventándole su entrada. , algunas gotas escurrían desde ahí precipitando desde su clítoris hasta mi rostro, que cuando las veía venir le hacía el quite con mis ojos o las recibía con la boca. Después de un rato sucedió la anhelada descorchada, cayendo una cascada de semen en mi rostro. , y hasta allí llegó la cosa pues no pude evitar que me entrara en los ojos, ardiéndome demasiado y me tuve que ir a lavar. Luego de aquel incidente nos fuimos a dar una ducha, primero yo y luego Andrea . Para más tarde seguir teniendo sexo con nuestros perros e iniciar el adiestramiento de Will para que aprendiera a montar solo, tal como vi en los videos en donde papá ...

... le enseñó Ricky a hacerlo con mamá. Bueno yo también utilicé algunas de las técnicas de Andrea para ir innovando con mi perro, lo primero que hice fue masturbarlo y descubrir que mi amante la tenía tan grande como el de mi prima teniéndome ya una idea de cuanto se le tenía que deshinchar antes de poder sacármelo. Esa misma tarde planificamos sacar a pasear todas las noches a nuestras mascotas dando de excusa a mis padres que sería para desestresarlos ya que durante todo el día comparten el espacio que habitualmente ocupa uno solo de ellos, tiempo que ocuparíamos para conversar nuestras cosas y yo también para evitar a papá, sin atreverme a contárselo a Andrea. Hablamos de lo sucedido durante el día y de cómo y cuándo había comenzado cada una de nosotras a hacerlo con su perro. , y más luego que tarde salió Maggi a la conversación, confesándome ella que le caía un poco mal o realmente no del todo bien, porque encontraba que ella era muy pacata y bastante cursi, indicándome que me lo daba por firmado que ella y su perro Jeff aún ambos serían vírgenes. , que ya estaba planeando como iniciarla en lo mismo que estábamos haciendo nosotras. Pero Maggi andaba de vacaciones y volvía el domingo pudiendo contar con su presencia solo desde el lunes en adelante. Eso fue en un parque cercano a casa en donde disfrutamos del aire libre y nuestras mascotas corretearon por ahí compartiendo con otros de sus congéneres. Ya de vuelta en casa sentí algo extraño en mi habitación, como que no todo ...