1. El final de mi matrimonio


    Fecha: 03/09/2017, Categorías: Sexo con Maduras Confesiones Autor: Sandra_lujuria, Fuente: CuentoRelatos

    y el mundo se me hundió cuando la prueba de embarazo salió positiva. Sería madre a los 42 años y lo único que en ese momento deseaba era sacarle a don Fernando todo el dinero que había cobrado por el seguro de vida de su esposa fallecida. Tenía que escapar de ahí lo antes posible y ese dinero era el medio más rápido que tenía a mi alcance para lograrlo. No sabía exactamente a cuánto ascendía la cantidad que le había dejado doña Silvia al viejo cerdo de su marido, pero si él quería entregarme ese dinero a cambio de más sexo, eso es lo que tendría. El segundo encuentro sexual con mi suegro se estaba tardando en llegar y me hacía sentir preocupada porque él se estuviera gastando el dinero en pagar a otras mujeres por sus favores. Él seguía tratándome más o menos como antes que cogiéramos y aunque a veces hacía referencias explícitas a lo bien que se me veía tal vestido o a lo guapa que me veía sin maquillaje por las mañanas; las cosas no iban a más y el contacto físico se limitaba al acostumbrado beso en la mejilla si mi esposo estaba presente o a rosar “accidentalmente” alguna parte de mi cuerpo mientras yo hacía la limpieza de la casa y mi suegro pasaba cerca de mí. El tiempo estaba en mi contra y si no hacía algo rápido, estaría en serios problemas. Por la mañana había salido de casa pensando en que no me quedaría más que seducir al viejo Fernando si quería tener su dinero. Llegué a la oficina, puntual como siempre y en mi lugar de trabajo estaba esperándome la asistente del ...
     dueño de la empresa. -El jefe quiere verte en la tarde- me dijo Angélica después de saludarme. -¿Es algo serio, Angie? -Es algo serio- comentó la bonita veinteañera con sus hermosos ojos cafés fijos en mi –Pero nada que deba asustarte ¿Quieres que te adelante las noticias?- Yo asentí pensando que me despedirían esa misma tarde y sentí que mi estómago se convertía en un nudo que me hacía sentir náuseas. –Pues el arquitecto Pablo necesita otra asistente e inmediatamente pensó en ti para ocupar el puesto ¿Qué te parece? No pude contestarle por que las náuseas no desaparecieron aún después de recibir la buena noticia y salí corriendo al sanitario. Era curioso estar ahí inclinada frente al escusado, desfogando mi acalambrado estómago y estar pensando al mismo tiempo en lo mucho que me gustaba la idea de ser asistente de Pablo. El tipo me fascinaba tanto que muchas veces me había masturbado pensando en él y fantaseaba con el asunto de la secretaria sumisa que se entrega a su patrón con el culo descubierto para ser nalgueada como castigo a una falta de ortografía. Más tarde, cuando el arquitecto llegó, inmediatamente me hizo pasar a su oficina y luego de firmar algunos papeles, me convertía en su nueva asistente. Angélica pasó el resto de la tarde explicándome en qué consistirían mis nuevas tareas y cuando terminó, salimos juntas ya muy tarde de la oficina. Angélica se ofreció a llevarme a mi casa y yo acepté. Por el camino, iba platicando con mi nueva compañera de trabajo y olvidé ...
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