Amalia en Benidorm - Relatos Eróticos

Amalia en Benidorm

... una semana más sin follar. Mi esposa siguió acariciando la polla de Rafael, pero teniendo cuidado de no despertarlo, pues tenía planeado endurecer primero la polla y ya cuando estuviera bien tiesa empezar a chuparla, lo que seguramente haría que Rafael despertara y deseara volver a meterle la polla otra vez en su caliente coño. Una vez que la polla de Rafael estuvo de buen tamaño, mi esposa se la colocó en la boca para empezar a pasar suavemente su lengua a todo lo largo del pollón y luego metérsela en su boca y empezar a mamarla delicadamente, en eso estaba, cuando sintió que Rafael empezaba a moverse, para despertar casi enseguida y ver el bello espectáculo que tenía ante sus ojos, o sea a mi esposa deleitándose con su polla. Ya que Rafael estaba completamente despierto pregunto a mi esposa que si no había tenido suficiente con la follada de la noche anterior, a lo que ella le respondió que no, pues ya tenía varios días sin tener relaciones sexuales y por lo mismo deseaba gozar lo más que pudiera en ese fin de semana, y ya que ambos continuaban en la cama bien podrían disfrutar otra vez, a menos claro que el no deseara follarsela otra vez. Rafael se incorporó y la cogió por los hombros para hacer que se montara sobre su polla y empezar a follarsela, mi esposa por su parte una vez que se clavó la polla en su coño y empezó a mover su cintura en forma circular, pero sin levantarse, logrando así que su pipa se frotara contra el vello púbico de Rafael logrando excitarse y gozar ...

... aún más de los que ya de por si estaba disfrutando con las caricias que su compañero le proporcionaba, pues él le había tomado una teta con cada mano y los estaba sobando suavemente rozándole también los pezones, llevando a mi esposa a gozar intensamente la follada. Mi mujer empezó a alternar sus movimientos circulares con movimientos de sus piernas que le permitían subir y bajar su cadera para permitir que le entrara y le saliera la polla de su coño, disfrutando aún más, lo que demostraba con sus placenteros gemidos, Rafael después de disfrutar un rato viendo a mi mujer cabalgar sobre su polla, la cogió por la cintura y girando su cuerpo la hizo caer sobre la cama, pero sin sacarle la polla, por lo que el quedo de costado y sobre una de las piernas, quien se acomodó para que el peso de su macho no le lastimara la pierna, acomodando la otra pierna sobre el costado de él, quedando Rafael entre sus piernas. Ya que se acomodaron bien, Rafael comenzó a bombear dentro del coño, al mismo tiempo que le besaba las tetas y le acariciaba las nalgas, proporcionándole así un gran placer a ella, quien no tardó mucho en cooperar con su compañero moviendo también sus nalgas de modo que las retiraba cuando le sacaba la polla y las empujaba hacia el cuerpo de Rafael cuando este embestía para clavársela hasta el fondo, con lo que logró obtener rápidamente su primer orgasmo, Rafael por su parte continuaba con la boca pegada a los pechos de mi mujer, que le pedía continuará follándosela como lo ...