Mi gusto por los maduros comienza así
Fecha: 13/08/2018,
Categorías:
Sexo con Maduras
Infidelidad
Autor: Samantha Maggie, Fuente: CuentoRelatos
... permiso. -Qué pena que no vayas. A tu edad deberías pensar solo en divertirte- y luego de una breve pausa en la que noté que su mirada me recorría el cuerpo discretamente, agregó -¿Qué música te gusta?- -Escucho de todo, pero me gusta más la música que se puede bailar ¿A usted le gusta bailar? -No, y nunca aprendí. A ver si un día me enseñas. Deliberadamente, Claudia tardó más de lo que debería en volver con la cerveza. Tanto que me hizo temer que me hubiera abandonado o que René hubiera sospechado algo. Pero al final le agradecí que tardara, porque mientras tanto pude platicar muy a gusto con Manuel. Cuando por fin apareció mi amiga, me sorprendí mucho al ver que se había despojado de los mallones negros que llevaba esa noche y se había quedado solo con su suéter largo y ajustado, luciendo la hermosa piel de sus jóvenes muslos con total descaro. Claudia había llevado tres cervezas consigo y se sentó en el sofá cruzando las piernas frente a Manuel, que se resistía como podía para mantener sus ojos fuera del cortísimo atuendo de mi amiga y del mío. -Disculpen. Es que hace mucho calor y la tela de mis mallas me picaba- dijo Claudia, para justificar la ausencia de sus mallones. Con la llegada de mi amiga, la conversación se desvió a temas más interesantes y cuando la atrevida de Claudia comentó que le gustaban los hombres maduros, Manuel evidentemente turbado, casi se ahoga con su cerveza. -¿A ti te gustan jovencitas, Manu?- Preguntó ella. -¡Qué cosas preguntas, Claudia!- La ...
... interrumpí -Estás loca. ¿No ves que es un hombre casado? Y ella mirándome divertida, dijo –¿Qué tiene de malo? Que esté casado no lo vuelve de palo. ¿Verdad que no?- volteó a ver a Manuel al preguntar esto último –Confiesa, Manu ¿Te gustan más jóvenes que tú? -Bueno, mi esposa es doce años menor que yo. Así que se podría decir que sí me gustan más jovencitas. -Qué interesante- Dijo Claudia, acomodándose por décima vez en su asiento para atraer la vista de Manuel al borde de su suéter, que le llegaba apenas unos centímetros debajo de las nalgas. Cuando Claudia comenzó a hablar de sexo sin ninguna inhibición, yo me sentí algo incómoda y celosa. “Se supone que la que se lo quiere coger soy yo, maldita zorra” pensé y un instante después, le dije a mi amiga que ya teníamos que volver con los demás. Al ponernos de pie, cuando Claudia y yo nos íbamos, me di cuenta que Manuel tenía una visible erección debajo de su pantalón deportivo. Llevada por mi deseo, le di a mi vecino un innecesario abrazo de agradecimiento por el internet, queriendo sentir la dureza de su pene aunque fuera solo por un instante. Él me dejó acercarme y por unos segundos puso sus manos en mi cintura. Luego, le coloqué un besito muy cerca de su boca. Más tarde, Claudia y mis otros amigos salieron de mi casa rumbo al antro, entonces me quedé sola con René y mi hermano, Cristian, quien como de costumbre estaba pegado a su videojuego. Ya era de noche y pedirle a Cristian que saliera a dar una vuelta, no solo sería ...