1. Coincidencias


    Fecha: 04/10/2017, Categorías: Sexo con Maduras Autor: XAVIA, Fuente: CuentoRelatos

    ... vídeo en el sofá. Estar con ella. Pero me echó de su casa. No sabía si habíamos roto, pero me sentí mal por una mujer por primera vez en mi vida. Cuando lo dejé con Noe me sentí liberado pues cada semana me notaba más asfixiado, pero ahora… echaba de menos a Maite. Pero no le mandé ningún mensaje ni la llamé. Ella tampoco lo hizo. Así que me mentalicé para dar por terminada la relación. Las semanas siguientes tuve opción de liarme con un par de chicas en el pub pero extrañamente en mí, no me apeteció. Que hubiéramos terminado la liga también ayudó a poner distancia entre nosotros pues Iván no insistía en venir ya que hasta septiembre no había más partidos oficiales. Pero de nuevo la Diosa Fortuna intercedió. Era sábado, volvía de trabajar pasadas las cuatro de la madrugada cuando nos encontramos en el portal. Ella había bajado de un Audi oscuro. Al principio nos quedamos parados, sin saber cómo reaccionar. Era obvio que ella volvía de una cita, así que no pregunté. Abrí la puerta y la sostuve para que pasara. Caminé detrás de ella, estaba preciosa con un vestido ceñido que potenciaba su joven figura, pero preferí no tomar el ascensor. El mensaje me entró diez minutos después. ¿Estás despierto? Tardé en responder, pero cedí. Sí. ¿Quieres subir? Me abrió en ropa interior, un conjunto azul provocativo pero elegante. Cerré la puerta tras de mí pero no me dejó cruzar el recibidor. Se me tiró encima felina, devorándome. No pude más que apoyar la espalda contra la puerta mientras ...
    ... me arrancaba la ropa desbocada. Me la follé en el sofá, en la cocina y en su habitación. A las siete de la mañana me echó de su casa. Es mejor que te vayas. Había sido nuestro encuentro sexual más intenso hasta ese momento pero no tuve claro que fuera a tener continuidad. Menos aún viendo pasar los días sin recibir noticias. Así que fui yo esta vez el que mandó el mensaje. ¿Podemos vernos? Tardó dos horas en responder, es mejor que no. Pero me llevé la sorpresa aquel viernes. Eran más de las dos de la madrugada, el local estaba a petar e íbamos bastante de bólido. Aún así, Carla, una compañera de facultad, estaba apostada en la barra tonteando conmigo sin disimulo. En una hora escasa saldría del pub con ella e iríamos al piso de estudiantes que compartía con dos chicas más. No estaba acordado aún, pero veía claramente por dónde iban los tiros. Cuando vi a Maite en la otra punta de la barra, mirándome fijamente. Martín, mi compañero le había servido un gin tonic, pero me acerqué a ella, notando la mirada de Carla clavada en la nuca. -¿Cómo tú por aquí? –pregunté acercándome mucho a su oído para que pudiera oírme pues la música del local lo dificultaba. -He venido a verte. –La miré sorprendido. –La verdad es que he venido a buscarte… a que me acompañes a casa cuando salgas del trabajo. -Ambos nos aguantamos la mirada, yo preguntándole qué quería, qué buscaba, más allá del sexo. Ella respondiéndome con mensajes contradictorios, por lo que no sabía a qué atenerme. Entonces miró ...
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