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Mi sobrino David
Fecha: 03/09/2017, Categorías: Incesto Hetero Autor: Inmaculeada, Fuente: CuentoRelatos
tronco de piedra que tenía cogido. Nuestros labios se juntaron. Me sentó sobre sus muslos y mordía mis pezones mientras me clavaba su paquete en mi entrepierna. Mi coño destilaba flujo a raudales y sólo rozar nuestros sexos elevé mis ojos en un rápido y nervioso orgasmo que estremeció mis pechos mordidos y mojados por su lengua. Aquello fue el pistoletazo para quitarse la ropa. Lo tumbé sobre el sofá y me comí toda su polla como una posesa. Poseía una polla preciosa. Grande, gruesa y con un capullo duro y terso que hacía las delicias en mi garganta. La llenaba de saliva y masturbaba de arriba hacia abajo mientras mi boca no dejaba de mamar. Me llenó la boca y pechos al correrse y no paré de lamer, besar y tragarme su cuerpo hasta que volvió a tenerla dura como un hierro. Fue cuando lo acompañé hasta mi cuarto. Abrí mis piernas y se bebió el flujo atrasado de casi dos años. Lamía y besaba mi clítoris de forma abrumadora, cálida mientras introducía en mi coño un dedo, luego dos hasta que me mataba orgasmo tras orgasmo. —Por favor, métemela... Se encaramó sobre mi vientre y me metió toda la polla empujando como un animal. Notaba sus nalgas embistiendo y el ruido de nuestras pelvis chocando. Cada empujón me partía en dos y mi coño aceptaba ...
encantado aquel rabo enorme dejando fluir cada vez más líquidos desde mi interior. Perdía la noción de los jadeos y contemplé como eyaculó sobre mis tetas una enorme cantidad de semen. Me subí entonces sobre él. Lo besé con toda la dulzura del mundo, bajé hacia su vientre e introduje su polla en mi boca hasta izarla nuevamente... Era joven, guapo e insaciable. La mezcla perfecta para una madura como yo necesitada de una polla como la suya. Me subí sobre él y lo cabalgué de forma brutal y cadenciosa pues notaba como rompía el interior de mi vagina con su poderoso glande... Me pidió cambiar de postura y entonces me penetró desde atrás cogiendo mis caderas mientras metía y sacaba su verga chorreando de mi coño... Soltando mis últimos alaridos tras correrme de nuevo, noté el calor de unos nuevos chorros de esperma sobre mi espalda... Se corría de nuevo... Se vació toda la noche dentro de mi y exprimí aquellos repletos huevos al máximo. Yo, por el contrario gocé como una perra y me corrí tantas veces que perdí la cuenta. Nos hicimos un favor mutuo. Desde entonces, se ahorra el alquiler y yo el buscar novio. Cuando viene su madre se va al piso pero el resto, pasamos el tiempo juntos. Los estudios también le van bien y a mi su polla, de maravilla.